En una homilía con definiciones sin precedentes, el papa Francisco hizo un doble pedido al mundo: por un lado, invitó a pedirles perdón a los pueblos originarios de América, históricamente despojados de sus bienes y de su cultura; y, al mismo tiempo, exhortó a aprender de su relación con la naturaleza.
El Papa visitó San Cristóbal de las Casas, en Chiapas (México), uno de los bastiones de la lucha indígena y el lugar donde nació el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en 1994. Se trata de un pueblo profundamente católico, que ha sabido amalgamar su cultura con el dogma católico.
“Mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban”, admitió el jefe de la Iglesia ante 100.000 asistentes, en su mayoría indígenas, que se reunieron para escuchar las palabras de Jorge Bergoglio. “En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad”. “Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡perdón!”, fueron algunas de los pasajes más sobresalientes y movilizadores del obispo de Roma.
Sin embargo, Francisco no se limitó en Chiapas a reconocer la opresión del blanco sobre los pueblos indígenas. El Papa llamó además a integrarlos y aprender de ellos. “El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita. Sus pueblos, como han reconocido los obispos de América Latina, saben relacionarse armónicamente con la naturaleza. Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad”, fustigó.
Consultado por la agencia Télam, el filósofo mexicano Pablo Romo reflexionó: “esta visita del papa Francisco es una manera de reivindicar desde su propia casa la expresión de los pueblos indígenas, de reivindicar vivir la fe como creyente pero de una manera autóctona, con expresiones locales y culturales que la hacen una iglesia local viva y muy fuerte”.