La detención de José López equivale a un puñetazo en el mentón del mundo K. O a una gruesa cinta en la boca de los que ensayan discursos y teorías de conspiraciones y persecuciones contra los hombres de la ex Presidenta sospechados de corrupción. López fue hallado con millones de dólares y otras monedas en efectivo, con un arma y amparado en la oscuridad tratando de enterrar dinero. ¿Se dirá ahora que no es delito ocultar billetes bajo tierra? La corrupción kirchnerista quedó alevosamente al desnudo.
El hallazgo del tucumano con los millones abre interrogantes para algunos y preocupaciones para otros. ¿Por qué quería ocultar el dinero en este momento? ¿Estamos en la antesala de otra ruta del dinero K? Una de las teorías que se esbozan es que la Justicia, que ya tenía en la mira a López, estaba por avanzar contra él. “Josecito” habría recibido un alerta y habría intentado cubrir su huellas sacando el dinero que tenía en casa. De eso hablaban ayer en los corrillos del poder. También se preguntaban qué podría pasar si el tucumano se convierte en un nuevo “arrepentido” y habla sobre los presuntos negocios irregulares entre funcionarios diversos y empresas constructoras. ¿Cómo quedan José Alperovich, Juan Manzur y otros dirigentes y empresarios que elogiaron, trabajaron y aplaudieron públicamente a López? Las ramificaciones sobre su detención pueden llegar a ser explosivas.
En LA GACETA del 14 de abril (en el “Panorama Tucumano”) se avisaba que López estaba en la mira judicial por la construcción de viviendas para Milagro Sala en Jujuy y para la Fundación Sueños Compartidos. También estaba señalado por las obras con Vialidad Nacional y por su presunta relación ilícita con empresas de construcción de todo el país. El propio ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, le había dicho a Manzur en la cara que esas acciones irregulares iban a ser denunciadas en la Justicia.
El jueves pasado, LA GACETA daba cuenta también de que la Oficina Anticorrupción de la Nación estaría preparando una denuncia por obras públicas irregulares. El escrito estaría apuntado a las conexiones que habría tejido Julio de Vido con empresas constructoras de Lázaro Báez y otras de capitales tucumanos que habrían realizado obras en la gestión de Alperovich. López habría terciado en esas negociaciones y la denuncia implicaría a 15 constructoras ya identificadas. Desde Cristina Fernández hasta dirigentes y empresarios tucumanos habrían sentido un escozor paralizante cuando vieron al risueño prometedor de obras asustado y rodeado de gendarmes. Se dirigía a un destino que él y muchos de los que abusaron de la “década ganada” jamás imaginaron.