“Buscan a Albornoz porque factura”, sostuvo ofuscado y en tercera persona el imputado Roberto Heriberto “El Tuerto” Albornoz.
El acusado pidió declarar ayer ante los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Juan Carlos Reynaga. Ocurrió luego de que en las últimas jornadas de la megacausa “Operativo Independencia” se sucedieran testimonios de víctimas que lo involucraron en sus secuestros.
Albornoz refutó primero los dichos de Rodolfo María Ojea Quintana. “Hizo una exposición y no me llega a mencionar de forma directa. La fiscal (Julia) Vitar me incrimina como que me introduje en el domicilio. No lo conozco, es la primera vez que lo veo. Es un miembro importante de la organización Montoneros, de la conducción. Cuando dijo que estuvo en Tucumán de vacaciones pienso que no fue así. Este individuo se entregó de manera deliberada”, aseguró. Pidió que se investiguen los antecedentes del testigo y negó que sea su firma la que figura en una orden que habría dado cuenta del operativo en el domicilio que Ojea Quintana alquilaba en Yerba Buena. Requirió que se efectúe una pericia caligráfica sobre esa documentación. El Tribunal hizo lugar a este último pedido y en la prueba participarán especialistas de Gendarmería Nacional.
Por otro lado, también afirmó nunca haber conocido a Humberto Rava o a Sara González de Rava. “Hay muchos hechos que se me endilgan. No había otro en Tucumán. Albornoz estaba en todos lados”, renegó.
Sobre su detención, el 9 de febrero de 1975, Ojea Quintana había manifestado que se había despertado por los gritos de su esposa.“Tenía una pistola en la cabeza. Después me entero de que era Albornoz, un comisario, “El Tuerto”, detalló. La fiscal Vitar le había consultado cómo sabía que era Albornoz. Esta pregunta fue objetada por los defensores.
Sobre el ex jefe de inteligencia de la Policía, de 86 años, pesan cinco condenas por delitos de lesa humanidad (cuatro a perpetua -dos de ellas firmes- y una a ocho años). Estuvo en Villa Urquiza 13 años hasta que en junio recibió el beneficio de la prisión domiciliaria por motivos de salud.