Elmar Fickenstein, vicepresidente senior de la división eléctrica de BMW, llegó al escenario del Intel Developer Forum montado en un BMW i3 sin chofer y afirmó que para el año 2021, los autos autónomos harán su debut.
Faltan 5 años para que el desarrollo de estos vehículos llegue al nivel 3 de autonomía, según una escala que comparte la industria y que va desde el nivel cero, que corresponde al auto convencional sin electricidad, pasando por los actuales, con dirección asistida, piloto semi automático, que se encuentra en el nivel 2. El nivel 3 presupone que el auto podrá tomar el mando del vehículo si la persona lo desea. Y en el último peldaño de esta escala se encuentra el nivel 5, que es un vehículo completamente autónomo, ya que no contaría con volante.
La afirmación de Fickenstein, según consigna “La Nación”, no es aislada; Ford anunció que para el 2021 esperan ofrecer autos sin chofer para flotas de vehículos comerciales que ofrezcan servicios de transporte tipo Uber, aunque recién para el 2025 llegarán los primeros autos sin volantes o pedales, más cercano de lo que Google está desarrollando con sus vehículos autónomos.
La pieza clave para poner en marcha esta tecnología será el Lidar, el radar láser que usan los autos para evitar colisiones y que hasta ahora requería de un equipamiento pesado y complejo, y que ya fue reemplazado por un chip de bajo costo; una de las empresas que lo fabrica es Velodyne, que se asoció con Ford y hace una semana en el MIT presentaron otro del tamaño de un arroz.
Ahora bien, ¿por qué BMW estaba en la jornada de Intel para desarrolladores? Porque un autónomo "es un datacenter sobre ruedas", afirma Bridget Karlin, directora de la división de Internet de las Cosas de Intel. "Prevemos que para el 2020 cada auto autónomo generará 4 terabytes de datos por día; calculamos que habrá unos 100 millones de vehículos semi autónomos para ese año, según estimaciones de Karlin.
Estos datos serían generadores por los sensores del auto, la información de su entorno, de otros autos, más los datos que consume el pasajero. Procesar todo este tipo de información requiere una capacidad de cómputo fenomenal, sobre todo para asegurar la autonomía del vehículo, que no se demore en el análisis de la información y la evaluación de la reacción que debe tener el vehículo.
Intel no es la única compañía de informática que está trabajando sobre estos vehículos: Nvidia, por ejemplo, puso a disposición toda su experiencia en diseño de procesadores gráficos, de gran capacidad para resolver tareas en paralelo, útiles para procesar toda la información que genere el vehículos. Nvidia, como Intel, aspira a estar en el centro del auto del futuro. BlackBerry es otra de las compañía con una participación fuerte, aunque en el sistema operativo que dará vida a la computadora del auto.
Y todo debe estar vinculado por servidores remotos con una gran capacidad de cómputo, para ofrecer al auto datos adicionales que haga un mejor análisis de su entorno; que administren la información que recolectan y puedan darle una respuesta instantánea y evitar así accidentes.
Los gigantes de las telecomunicaciones como Ericsson o Nokia están haciendo una fuerte apuesta en este rubro: para que los vehículos autónomos sean una realidad requieren de conexiones de internet de muy alta velocidad. La gran promesa es el 5g, la nueva generación de telefonía móvil que debería comenzar a desplegarse en 2020 en los mercados más avanzados del planeta.