Imaginar paredes que se regeneren o edificios que cierran sus propias grietas es una idea que muchos podrían considerar de ciencias ficción. Sin embargo, para el científico holandés Henk Jonkers, esto es una realidad. En la Universidad Técnica de Delft, de Holanda, han logrado desarrollar el bío-hormigón, también conocido como el bío-concreto, un material que ─literalmente─ está vivo y que puede regenerarse por sí mismo, evitando el desgaste y el paso del tiempo de las edificaciones.
Para prepararlo, los expertos mezclaron el concreto tradicional con cepas de la bacteria Bacillus Pseudoformis, que en estado natural pueden habitar incluso en ambientes tan extremos como cráteres de volcanes activos, y se la agrega lactato de calcio, que es el alimento de estas bacterias. "Lo increíble de la Bacillus Pseudoformis es que forman esporas y pueden sobrevivir por más de 200 años en el edificio", explica Jonkers.
"Nuestro hormigón va a revolucionar la forma en que construimos, porque estamos inspirados en la naturaleza", señaló Jonkers cuando fue nominado al premio mejor inventor europeo en 2015.
Este bio-hormigón fue utilizado para construir canales de irrigación en Ecuador, un país altamente sísmico, como parte de las pruebas que se están realizando.
"Aunque puede ser más aro que el hormigón tradicional, pronto se nota el beneficio económico porque ahorra en costo de mantenimiento", señaló el científico al diario inglés “The Guardían”.
Imaginar paredes que se regeneren o edificios que cierren sus propias grietas es una idea que muchos podrían considerar de ciencias ficción. Sin embargo, para el científico holandés
Henk Jonkers, esto es una realidad. En la
Universidad Técnica de Delft, de Holanda, han logrado desarrollar el bío-hormigón, también conocido como el bío-concreto, un material que ─literalmente─ está vivo y que puede regenerarse por sí mismo, evitando el desgaste y el paso del tiempo de las edificaciones.
Para prepararlo, los expertos mezclaron el concreto tradicional con cepas de la bacteria Bacillus Pseudoformis, que en estado natural pueden habitar incluso en ambientes tan extremos como cráteres de volcanes activos, y se la agrega lactato de calcio, que es el alimento de estas bacterias. "Lo increíble de la Bacillus Pseudoformis es que forman esporas y pueden sobrevivir por más de 200 años en el edificio", explica Jonkers.
"Nuestro hormigón va a revolucionar la forma en que construimos, porque estamos inspirados en la naturaleza", señaló Jonkers cuando fue nominado al premio mejor inventor europeo en 2015.
Este bio-hormigón fue utilizado para construir canales de irrigación en Ecuador, un país altamente sísmico, como parte de las pruebas que se están realizando.
"Aunque puede ser más aro que el hormigón tradicional, pronto se nota el beneficio económico porque ahorra en costo de mantenimiento", señaló el científico al diario inglés “The Guardían”.