No por ser reiterativo deja de sorprender la lealtad de los hinchas. El “Mundo Ciruja” volvió a demostrar que la pasión por la camiseta “albirroja” va más allá de los resultados. Luciendo camisetas, gorro y banderas, los hinchas de San Martín se concentraron en la puerta del estadio de La Ciudadela para brindarle el apoyo incondicional al plantel que, hace un poco más de tres meses, logró el ansiado ascenso a la B Nacional.
Un grupo de simpatizantes se hizo eco de la convocatoria que desde el domingo se lanzó por las redes sociales. Luego de entrenarse en el estadio, los jugadores comenzaron a retirarse del predio y no podían ocultar su sorpresa por la presencia de los hinchas.
“¿Qué está pasando allí?”, preguntó Diego Cagna, cuando observó al numeroso grupo que se había instaló en el acceso al estadio por el portón de Matienzo y Bolivar. Cuando le explicaron que era un banderazo, el técnico señaló: “esa gente es única. Cualquiera hincha después de tres derrotas consecutivas hubiera venido con otras intenciones. Sin embargo ellos concurren a darle su apoyo a este grupo que hace poco le brindó mucha felicidad. No termino de asombrarme por esta actitud”.
Unas de las primeras en llegar fueron Eliana Borquez y Daniela Quintana que viven en Yerba Buena. “Cuando nos enteramos de la convocatoria dejamos todo lo que teníamos programado para venir a estar junto a los jugadores. El sentimiento que tenemos por San Martín va más allá de lo razonable”, explicó Eliana mientras esperaba la salida de los jugadores.
El mayor momento de euforia del mediodía fue cuando, en su auto particular, Ramón Lentini se aprestaba a abandonar el estadio. Al observar a los simpatizantes que lo saludaban, el misionero bajó de su vehículo y devolvió cada muestra de cariño que recibía. Las fotos y los autógrafos fueron una constante por espacio de casi 30 minutos. El goleador decidió permanecer en el lugary cumplir con todos los pedidos. “Esto me pasa por primera vez en mi carrera. Tengo muchos años en esta profesión, pero nunca sentí tanta muestras de afecto como estoy viviendo en San Martín. Estaré eternamente agradecido a esta gente”, expresó.
Igual suerte corrió Cagna, que debió bajarse también de su automóvil para darle el gusto a los hinchas que no dejaban de agradecerle todo lo que consiguió San Martín desde su llegada al club de Bolívar y Pellegrini.