“Una cosa es lo que yo crea y otra cosa son los elementos científicos irrefutables que hay en la causa”, respondió el secretario de Seguridad, Paul Hofer, cuando se le pidió que opine acerca de la muerte del sacerdote Juan Viroche, quien la semana pasada fue hallado ahorcado dentro de la parroquia Nuestra Señora del Valle, en La Florida.
En ese sentido, remarcó que el propio fiscal Diego López Ávila señaló que existe un 95% de probabilidades de que se haya tratado de un suicidio. “Lo dijo también el (entonces) abogado de la familia de Viroche”, insistió.
“Es difícil para un cristiano, para la familia y para los que lo conocían aceptar este desenlace. Sin embargo, hay que ser responsables a la hora de hablar del tema. Una cosa es lo que la gente pueda creer y otra lo que dice la causa”, añadió el funcionario.
Según su punto de vista, “la lucha del padre Juan contra los ‘transas’ y contra las adicciones fue loable, pero su tarea no tiene nada que ver con en este hecho lamentable que puso a la provincia en el escenario nacional”.
También habló sobre el tema el gobernador Juan Manzur, durante una rueda de prensa realizada ayer a la mañana cuando visitaba un polo productivo de las cooperativas Argentina Trabaja, en Banda del Río Salí. Allí el mandatario reiteró que el Gobierno “está a disposición de la Justicia para colaborar en todo lo que nos pida” por el caso del cura. “El Poder Ejecutivo ayudará en todo lo que pueda en la investigación para esclarecer la muerte del sacerdote”, aseguró Manzur.
Fin de la relación
El abogado José del Río confirmó ayer a LA GACETA que dejó de representar a la familia del cura en el caso. Si bien no quiso dar detalles del alejamiento, todo indica que fue por tener distintas opiniones sobre el caso. Mientras Del Río, tras la reconstrucción del hecho, opinó que todo indicaba que se trataba de un suicidio, la familia del sacerdote explicó al otro día que ellos están convencidos de que el cura fue asesinado por sus denuncias públicas en contra de los “transas” de La Florida y Delfín Gallo.