Difícilmente pueda encontrarse una grieta en una temporada 2016 despedida a lo grande y en grande por el planeta “Decano”. Fue quizás el mejor año de la historia del club. Fue, como sueña la mayoría, el principio de un paso en la vida de Atlético como institución a nivel nacional, en el fútbol de Primera, e internacional, con el inolvidable debut que tendrá el próximo martes 31 contra El Nacional, de Ecuador, en el Monumental, por el choque de ida de la fase 2 de la Copa Libertadores.
“Todavía me cuesta creer todo lo que nos pasó, porque tengo muy presente lo de 2015. Por esta fecha estábamos festejando el ascenso a Primera, y mirá ahora”, levanta la copa el presidente Mario Leito y muestra sus dientes como si fuera Drácula, sediento de éxito. Leito avisa que tiene fecha de vencimiento, además. Avisa, aparte que lo que Atlético hizo ya el año pasado es parte del pasado pero que nunca debe olvidarse porque si no los objetivos a corto, mediano y largo plazo podrían perderse. También cuenta que las inferiores, las que militan en los torneo de AFA ya dieron sus frutos.
“River quiso llevarse a un jugador nuestro. En Paraguay, Rodolfo D’Onofrio me pidió por Tomás Cuello. Le dije que no, porque si lo vendía no estábamos sosteniendo el proyecto que queremos, que es ver a los chicos de nuestras inferiores llegar al plantel superior. ¿Me dijo cuánto quería? Le pedí U$S 1 millón. En ese caso, ese dinero nos hubiera servido para comprar un predio donde pensamos llevar las inferiores y otros proyectos del club, ya que lo que teníamos firmado con la Caja Popular, para utilizar un predio en San José, se cayó, vaya a saber por qué. Si River pagaba esa suma sí hubiera servido vender a Tomás porque él nos hubiera dejado algo para el futuro. De otra manera, no”, explica Leito, acompañado por el jefe de Prensa del “Decano” Silvio Nava, quien está completamente enfocado en lo que será una nueva etapa de remodelación del club, para la Copa.
Y así como Leito se toma una pausa cada vez que tiene algo importante que decir, vuelve a la carga con el tema refuerzos. Afirma que no está conforme con algunos jugadores que llegaron.
“Pero es normal; no todos pueden rendir por igual. Ojalá así fuera”, dice y cuenta que le anticipó al entrenador Pablo Lavallén que Miguel Julio no formará más parte del plantel. Indisciplina...
A coparse
La revancha del 7 de febrero en la altura de Quito también le quita el sueño a Leito, aunque no por la altura sobre el nivel del mar (casi 2.800 metros) donde está ubicada la capital de Ecuador, sino porque la logística y el traslado del plantel es prioridad.
“Estamos intentado cerrar como sea un vuelo charter directo desde Tucumán. No podemos ir haciendo 1000 escalas, es poco serio. Ahí es como que ya arrancamos perdiendo la revancha sin haberla jugado siquiera”, confiesa. “Aparte, para mí es una obligación poder darle comodidad a los jugadores y, de paso, poder cumplirle el sueño a algunos hinchas, porque pensamos en alquilar un avión en el que podamos llevar un cupo de simpatizantes. Todo eso está en estudio, claro. Pero veremos”, agrega el “Mocho”, mientras lee justamente un presupuesto que despierta del silencio a su celular.
“No hay tantos aviones ahora por la época (vacaciones). Andes nos pasó una cotización elevada. Desde Tucumán, con escala a Guayaquil el domingo y el martes partir rumbo a Quito, y viceversa para el regreso, para 145 pasajeros: U$S 240.000 más 10 habitaciones para la tripulación y pensión completa, por supuesto”.
Hubo otro ofrecimiento pero igual de costoso. Lo cierto es que Atlético, por participar en esta instancia de la Libertadores se llevará U$S 400.000. Más de la mitad lo invertirá en el avión, y el saldo, con seguridad para hoteles y demás. Prácticamente no habrá ganancia en una administración que supo sacarle y que le saca agua a las piedras, en un momento en el que el fútbol argentino agoniza.
“La AFA nos debe casi $ 14 millones y nosotros tenemos un gasto fijo de casi $ 8 millones por mes. ¿Cómo hacemos para sobrevivir y estar al día? Cuando estuvimos bien, supimos guardar para estos momentos. Teníamos plazos fijos que nos sirvieron para esta ocasión”, comenta un Leito que infla el pecho y confiesa que nada dura para siempre. “Quizás termine este mandato y diga adiós...”.
Si le gustó no o no el rival, ni. El viaje lo complica todo. “Y sí, es muy largo. Nos hubiese convenido ir a Chile, pero no enfrentarnos contra Colo Colo, ja. Con Unión Española podría ser. Igual como experiencia, para nosotros esto es bárbaro, estamos al año del ascenso desde la B nacional”, repite orgulloso.
A veces, Leito se siente un tipo que sale a la calle con un tenedor en pleno día de lluvia sopa de letras. Los cuestionamientos nunca dejan de existir. Uno de ellos fue la elección de Lavallén como sucesor de Juan Manuel Azconzábal, a quién el presidente hoy ve difícil que alguna vez regrese al club a dirigirlo. “La segundas partes de las películas nunca fueron exitosas. Mirá (Jorge) Solari y (Héctor) Rivoira, por caso”. Pero el tema es Lavallén. “La misma pregunta me hicieron cuando estuvo el ‘Vasco’ en la B y después para continuar en la A. Sinceramente, acá necesitás tipos bien formados, y Lavallén lo es. Tiene vestuario, no es que de pronto va a entrar y se va asustar. Toda su vida jugó a cancha llena. Sabemos qué nos puede dar”.