Poner de pie nuevamente a La Madrid no será fácil. Podría pensarse que a sus pobladores, los mismos que han vivido en más de una oportunidad las inundaciones, la desgracia de perderlo todo bajo el agua ya no les afecta tanto. Pero no. Cada vez que llega el desborde del río Marapa, la correntada les desgarra hasta la tela de amianto con la que cubren sus almas.
La tarea de volver a empezar es enorme. Por más fuerza y voluntad que se sumen, hay procesos biológicos y emocionales que demandan tiempo, sostiene el psiquiatra Walter Sigler, director general de Salud Mental de la provincia.
Las primeras reacciones
“En un primer momento la reacción de la gente se centraba en diferentes formas de sobrevivir; encontramos personas muy fortalecidas para ayudar a otros y para adherirse a los protocolos de evacuación encarados por los equipos de emergencias. Otras denotaban impotencia, con estados de crisis, angustias y exacerbación de síntomas de ansiedad que requerían contención verbal con técnicas de relajación”, explica Sigler. Y detalla que en esos días psicólogos y psiquiatras del Ministerio de Salud asistieron principalmente a madres con cuadros de excitación psicomotriz que han requerido de tratamiento farmacológico.
“Pasada la etapa de rescate, ya en los centros de evacuación, otras personas empezaron con síntomas de angustia y estrés agudo”, detalla. Aunque Sigler añade que, de acuerdo con los protocolos de asistencia en situaciones de desastres, aplicados alrededor del mundo, es de esperar que en los próximos días -e incluso meses- aparezcan más cuadros de estrés postraumático entre los afectados por las inundaciones.
Urgencias subjetivas
En contacto con LA GACETA, el psicoanalista Sergio Zabalza explica cuál es la urgencia subjetiva por la que atraviesan las personas que abandonan sus hogares con la consecuente pérdida de referencias, vínculos, objetos. “Por empezar, la identidad de un sujeto se afianza en las señales que le reenvía el entorno: un jarrón, una foto, un sillón o un escritorio pueden ser más significativos que el Documento de Identidad a la hora de encontrar el reconocimiento que un cuerpo necesita para orientarse en el mundo. No en vano Freud postuló, como primer paso lógico en la formación del yo, la ‘identidad de percepción’, o sea: soy lo que percibo; y en segundo lugar la ‘identidad de pensamiento’, ulterior movimiento que refiere la particular interpretación que el sujeto hace del material percibido. Así, mucho más allá de su valor de uso: soy los objetos que me rodean, su actualidad me representa, me devuelve la historia que me sostiene entre mis semejantes como sujeto de la palabra. Desde esta perspectiva, un evacuado pierde mucho más que un techo o un lugar donde dormir”, sostiene.
Sin defensas
Zabalza analiza más a fondo la cuestión: “Platón decía que el cuerpo es el ‘puesto de guardia del alma’, razón por la cual deducimos que una persona obligada por una catástrofe natural a dejar su hogar se encuentra sin defensas”.
Sin embargo, el psicoanalista sostiene que a esta altura bien podríamos cuestionar el concepto “catástrofe natural”. “Esto hace referencia a un desastre originado en causas impredecibles: un tsunami, por ejemplo. Pero si al tsunami se le agrega la desidia de los responsables de anticipar los caprichos del clima, la catástrofe pasa a significarse como un hecho de orden político. Es aquí donde el evacuado deja de ser un damnificado por una circunstancia fortuita para constituirse como un segregado por el orden social”.
Opina Zabalza que esta es una distinción decisiva a la hora de acompañar a quienes han debido dejar sus hogares. “En la urgencia subjetiva un tratamiento estriba en facilitar que alguien pase de la posición de objeto a otra que lo habilite para hacerse cargo de su experiencia, tarea que requiere para su consecución del darse por advertido del rol adjudicado y asumido en determinada estructura social. Por algo Enrique Pichón Riviére recordaba de sus experiencias con inundados ‘el trabajo de duelo intensivo que aliviaba a la comunidad’. La solidaridad y la asistencia de las autoridades deben estar presentes en el triste pero necesario retorno al hogar arrasado por el agua”, concluye Zabalza, magister en Clínica Psicoanalítica.
"Se podría construir un terraplén"
“En ingeniería decimos que todo es solucionable, depende del costo la solución más factible”, opinó Hugo Roger Paz, magister en Ingeniería Hidráulica y director de la carrera de Ingeniería Civil de la Facultad de Ciencias Exactas (Facet).
Paz analizó por qué se produjeron nuevamente las inundaciones en La Madrid y cuáles serían las posibles obras a realizar para mitigar los efectos de este fenómeno, que se produce cada vez con mayor frecuencia.Sostuvo que el desborde del río Marapa se produjo por el gran volumen de agua que llegó al embalse Escaba.
“La solución a estos problemas no es simple. Se pueden hacer diques longitudinales a lo largo de las márgenes para evitar los desbordes, como se hicieron en los grandes ríos de la llanura norteamericana. Sin embargo, estas obras pueden presentar mayores riesgos si fallan, por lo cual en EEUU se han dejado de utilizar. Es más, se han revisado todas estas ideas y se ha vuelto al concepto de dejar que el río tenga su planicie de inundación. Se ha desarrollado lo que se conoce como ‘River Restoration’ o restauración de ríos, y lo que pretende es dejar a la naturaleza que tenga su lugar de desborde (no sería una inundación en este caso porque no interactúa con lo antrópico), como naturalmente lo hizo en años. Esto podría implicar relocalizar asentamientos vulnerables, como se hizo en el país del norte”, resaltó.
Según el docente de la Facet, la medida más acertada para aplacar los desbordes del río Marapa pasaría por la construcción de un terraplén. Aclaró que esa obra beneficiaría a la mayoría de los pobladores de La Madrid. Citó como ejemplo el que se construyó en Resistencia (Chaco) para evitar que el agua del río Paraná ingrese y afecte a las ciudades.
Luego, al ser consultado sobre el manejo de la creciente en el dique Escaba, explicó: “hay que ver bien cómo fue la apertura de compuertas. En videos que están circulando, desde el vuelo de un dron se puede observar que la presa tiene todas las compuertas elevadas, aparentemente a su máxima apertura. Eso podría significar que no se está siguiendo el manual de operaciones de compuerta, que se ha diseñado para minimizar la erogación de caudales que salen del embalse a fin de generar los menores daños posibles aguas abajo del mismo”.