WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó ayer oficialmente al Congreso sobre el ataque militar que ordenó en contra de una base aérea en Siria, concretado durante la madrugada del viernes. En un escrito, Trump subrayó nuevamente que las metas del bombardeo fueron reducir la capacidad de los militares sirios de realizar ataques con armas químicas y desalentar que vuelvan a llevar adelante ofensivas similares.
El mandatario señaló que actuó de acuerdo “al interés de la seguridad nacional y la política exterior” de su país, basándose en su mandato constitucional. “Estados Unidos tomará medidas adicionales en el que caso de ser necesario y apropiado para servir a sus importantes intereses nacionales”, añadió.
Trump ordenó el ataque como represalia por una supuesta agresión con gas tóxico de parte del Gobierno de Bashar al Assad el 4 de abril. Si bien en 2013 reclamó al entonces presidente Barack Obama solicitar autorización al Congreso antes de una acción militar estadounidense seguida a una intervención con armas químicas atribuida al Gobierno sirio, esta vez él mismo no lo hizo.
Por otra parte, el presidente señaló en su cuenta oficial de la red social Twitter que no se destruyó la pista de despegue y aterrizaje de la base siria de Al Shairat “porque es muy fácil repararla rápidamente”. Así reaccionó a los comentarios de observadores que señalaban que menos de 24 horas después del bombardeo, la Fuerza Aérea siria realizó nuevos ataques contra rebeldes desde esa base.
“La razón por la que en general no se bombardean pistas es que es fácil repararlas con pocos costos”, explicó Trump.
Según informó el Pentágono, el bombardeo se centró en aviones, hangares, depósitos de combustible y municiones así como sistemas de defensa antiaérea y radares de la estación.
Visita china
Por otro lado, Trump dijo que la visita de dos días del presidente chino, Xi Jinping, ayudó a potenciar la buena voluntad y una gran amistad, pero añadió que sólo el tiempo dirá qué pasará con el comercio.
Trump, cuya fuerte crítica a China por quitar empleos a trabajadores estadounidenses le valió el apoyo de los estados industriales en las elecciones. Escribió en Twitter que fue “un gran honor” recibir a Xi y a su esposa.
Según un comunicado de la Casa Blanca, Trump trató el delicado tema de la “intervención del gobierno chino en su economía”. El comunicado no especificó a qué tipo de intervención se refirió, pero el presidente estadounidense acusó a China en el pasado de manipular su moneda, de “dumping” y de robo de propiedad intelectual.
El comunicado añadió que Trump también manifestó “gran preocupación” en relación al impacto de las políticas chinas en materia de industria, agricultura, tecnología y cibernética en los empleos y las exportaciones estadounidenses. “El presidente subrayó la necesidad de que China tome medidas concretas para nivelar el campo de juego para los trabajadores estadounidenses, enfatizando la necesidad de un acceso recíproco a los mercados locales”, añadió.
Los dos presidentes hablaron además sobre la amenaza del programa armamentístico de Corea del Norte y reafirmaron su compromiso con la desnuclearización de la península coreana. (DPA)