- ¿Pasó el temblor?
- ¿Qué temblor?
- De ofrecer una renuncia...
- No, yo no ofrecí nada. Ahí se equivocaron los que pusieron que yo ofrecí la renuncia. Me preguntaron en Bolivia qué pasaba con los malos resultados, si pensaba... Respondí que esa pregunta no debían hacérmela a mí, porque yo hablo de fútbol. Si el equipo está mal, cuando está jugando la Copa Libertadores, pese a que se armó a inicios de 2016 para mantener la categoría, y no se reforzó porque no había nada interesante en el mercado, no sé qué decirte.
A la salida de la cancha de fútbol 5, donde Pablo Lavallén armó una sesión de fútbol reducido entre sus dirigidos, a puertas cerradas, el técnico de Atlético dice lo que tiene que decir, y aclara lo que para él estuvo sacado del contexto. Con el 1-0 sobre San Lorenzo calentito aún, dejando de lado una racha adversa de seis partidos sin victorias, el técnico se aferra a sus palabras. Ratifica: en su grupo no hay crisis ni la hubo; Atlético es un equipo exitoso; jamás habló de renunciar y menos de dar por perdido alguno de los torneos donde está el “Decano”.
“Este club hoy está jugando una Copa contra el campeón de Brasil (Palmeiras), contra un quíntuple campeón de la Libertadores como Peñarol. Este club está jugando contra presupuestos siderales que disponen sus rivales y contra jugadores repatriados de Europa”. Así enumera el técnico todo lo que tiene enfrente Atlético.
Ahora es turno del torneo local. “Estamos novenos (de 30) en la tabla del descenso, y en la otra, la de los puntos, estamos a tres de Lanús, que sería el último en entrar a la Copa Sudamericana. No siento que haya un temblor”, insiste Lavallén.
El entrenador profundiza su visión. “Yo no analizo resultados, analizo funcionamientos. Lógicamente, quiero ganar, como todos. Bah, quiero que los jugadores ganen, porque son ellos los que lo hacen; yo no. Entonces, analizo rendimientos y veo que contra Wilstermann no era para perder; contra Peñarol no era para perder; contra Temperley, que nos empató en el último minuto, habíamos sido superiores. Contra Gimnasia (LP) y Aldosivi lo acepto: no jugamos bien, pero me parece que cosechamos menos puntos de los que merecimos. Lamentablemente, en el fútbol se gana por goles”.
“Yo no veo una crisis de nada. Veo a un equipo que estaba preparado para jugar un solo torneo, pero lo hace en dos y bastante bien”, dice el técnico en un buen elogio a los suyos, y confiesa que el domingo, ante el “Ciclón”, vio lo que le gustaría ver en todos los partidos que juegue Atlético.
“Quiero un equipo corto, hacia adelante y hacia atrás; que sea contundente y tenga la menor cantidad de errores en defensa. Los equipos reciben goles por errores propios o virtudes de los delanteros rivales. A nosotros nos hicieron de las dos formas. Si me preguntan respondo que sí: quiero que juguemos siempre como contra San Lorenzo. Hubo lapsos después del minuto 30 del primer tiempo que tuvimos a los centrales casi en mitad de cancha. En otros momentos San Lorenzo manejó la pelota, pero retrocedimos y nos replegamos bien. Eso es lo que busco, un equipo que sepa interpretar las facetas del juego. No podés presionar los 90 minutos ni tampoco podés defenderte los 90 minutos porque así no vas a hacer un gol nunca”, explica.
¿Y lo del mensaje a los jugadores? “Hablaba del partido con Gimnasia (LP). Cuando me preguntan de un partido, yo hablo de ese partido. Si querés una evaluación, la hago: llevamos partidos con saldo positivo (cuatro triunfos, cuatro empates y cuatro derrotas), estamos peleando por objetivos que mucha gente no pensaba que podíamos pelear y estamos a tres puntos de la Sudamericana. Estamos novenos en el promedio y jugando la Copa Libertadores, a la que le faltan ‘grandes’ que no pueden estar pero sí estamos nosotros... No hay crisis. A veces los resultados se dan y otras veces no”.