Tucumán en general ha implementado dos líneas de acción en relación a los bosques. Respecto de los bosques cultivados o explotaciones forestales, desde que fueron promulgadas las leyes de fomento, Tucumán ha adherido y aportado concretamente desde la producción de plantines, tanto de especies nativas como exóticas, en el Vivero Provincial La Florida, a la implantación de bosques comerciales por parte de productores y empresas interesadas en el tema, dijo el Ministro de Desarrollo Productivo de la provincia, Juan Luis Fernández, al estacar las acciones que se realizan para fomentar la forestación.

Respecto de los bosques nativos, la acción más relevante que se realizó desde el Estado provincial ha estado vinculada a la delimitación de las zonas de uso en el proceso participativo de ordenamiento territorial realizado en el marco de la denominada Ley Bonasso.

Ambas líneas de trabajo confluyen en la necesidad de promover actividades económicas relacionadas con la cadena forestal como así también de mantener superficie boscosa en determinadas zonas de la provincia que se consideran estratégicas en el mantenimiento del ciclo del agua principalmente, pero que constituyen también áreas de rica biodiversidad y alto potencial de desarrollo turístico. Recientemente, el hecho de incrementar la superficie provincial bajo normativa de parques nacionales se orienta en estos sentidos, afirmó el Ministro.

Sin embargo esto no es suficiente. De hecho en esta gestión y con el liderazgo del Gobernador, se ha lanzado este año un plan denominado “Tucumán, nuestro Jardín” que se propone plantar al menos 1,8 millones de árboles en tres años, involucrando en esta tarea no solo a productores comerciales y ambientalistas sino a toda la comunidad tucumana.

Daños en el Sur

Los acontecimientos recientes en el sur provincial, remarcan entre otras cosas la necesidad de recuperar una mirada integradora del ambiente y las prácticas productivas que en él se desarrollan, enfocando no solo la finca o el pueblo sino las dinámicas de las microcuencas y las cuencas de las que forman parte, sentenció.

No escapan los efectos visibles del cambio climático que, en el caso de Tucumán se ven reflejados principalmente en la torrencialidad de las lluvias. Esto se dio por varias causas, una debido al particular relieve de Tucumán que confluye hacia una única cuenca, una infraestructura que en general ha sido construida entre 40 y 60 años atrás y la otra, a un aumento sustancial en el mismo período de la urbanización.

La sinergía de estos factores, entre otros, ha causado graves daños a la población y a producciones que se encuentran cercanas a ríos y arroyos. La magnitud y relevancia de los problemas desencadenados, exige el trabajo en conjunto y concertado entre diversas instancias de gobierno – provincial, nacional y local.; de las instituciones con conocimiento y trayectoria en el tema; de los profesionales vinculados a prácticas agronómicas y temas hidráulicos como así también de los habitantes y de los propietarios de los campos en pos de aportar a una solución que minimice los daños que producen las lluvias torrenciales y de alta pluviometría en los ciclos húmedos y que a la vez permitan acopiar y distribuir el agua necesaria para usos humanos, productivos e industriales en los ciclos secos.

La magnitud de los eventos climáticos extremos y los daños ocurridos en los dos últimos años, ameritan una revaluación, tanto de la trama de causalidades de los fenómenos, como de las posibles intervenciones que permitan afrontar con éxito los próximos 50 años. Si bien los más visible y concreto de estas intervenciones son las obras de infraestructura hídrica en las distintas microcuencas de todo el pedemonte provincial, como lo ha planteado este Ministerio el año pasado en el marco del Consejo Federal Agropecuario, hay otras tales como el correcto funcionamiento del Comité de Cuencas, de los Consejos de regantes y las normas de ordenamiento territorial local por citar algunas, que también deben confluir en construir objetivos comunes a partir de compatibilizar intereses diferentes

Si bien existen estudios de base, estos se encuentran desactualizados frente a los cambios antes mencionados y obligan una revisión y una reconceptualización de los mismos y de las obras propuestas en ellos a partir de un diagnóstico acompañado de obras urgentes como también se planteara el año pasado.

Debemos mejorar nuestras prácticas productivas, haciéndolas más sustentables, mejorando los niveles de cobertura, implementando curvas de nivel o terrazas si es necesario, respetando o encausando vías de drenaje en sistemas integrados.

Hoy se alude a interpretaciones simplistas y unicausales de lo que viene ocurriendo en la provincia y la realidad es que obedecen a una multiplicidad de factores de los cuales solo he mencionado algunos. Sobre algunos de ellos, hemos estado y estamos trabajando con los sectores de la producción y esperamos poder afrontar mejor el futuro que viene.