Los venezolanos votan masivamente en un plebiscito contra el Gobierno de Nicolás Maduro, con el que buscan exigir al presidente socialista que llame a elecciones antes de que termine su mandato a inicios de 2019.
A pesar que el Gobierno ha insistido en que la consulta no es vinculante y tampoco cuenta con el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), la Constitución faculta al Parlamento, de mayoría opositora, a convocarla, tal como lo hizo días atrás.
En un ambiente festivo, largas filas de personas se observaban en buena parte de los 2.000 puntos que activó la oposición en plazas, teatros y parques con el apoyo de voluntarios para concretar un proceso de votación manual que funge como una demostración de fuerza contra Maduro.
"La realidad mañana va a ser distinta a la de hoy", aseguró el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, al comenzar la jornada. "Cuando amanezca el lunes y veamos todo lo que se logró, iremos avanzando para que el Gobierno acepte la realidad", agregó.
Analistas han calculado que la participación estaría en torno a los 10 millones de personas. En las últimas elecciones, las parlamentarias del 2015, 7,7 millones votaron por la oposición y le permitieron romper la supremacía chavista en la Asamblea Nacional.
"La Constituyente es una porquería, no ayuda en nada. Maduro quiere más poder, más dinero, quiere volvernos locos", afirmó Maolis Coronado, una vendedora informal de 26 años que salía de un centro en la barriada popular El Valle.
En el exterior, otros miles de venezolanos -masivamente opositores- expresan su posición en restaurantes, plazas, clínicas e iglesias en más de 200 ciudades, en una jornada que según los promotores atrajo una participación mayor a la esperada.