La calle Paraguay al 4.500 es como un centro comercial del barrio Oeste II. De día, decenas de vecinos recorren la cuadra para ir a la panadería, la farmacia, el quiosco, la quiniela o los locales de ropa. Pero cuando empieza a anochecer y se bajan las persianas, el sitio se vuelve desolado. Y más aún si juega la selección Argentina, como ocurrió el martes a la noche. En ese momento, alguien le disparó en un ojo a Leandro Valdez (20) y lo dejó en gravísimo estado. Por la falta de testigos, aún se desconoce el móvil: su familia advierte que fue un robo, pero los investigadores no descartan una pelea o un ajuste de cuentas.
El disparo ingresó por la parte superior del ojo izquierdo y salió por la zona parietal del lado derecho de la cabeza. “Le perforó el cerebro. Está muy grave”, sintetizó Carlos Alí, el padre del joven herido. “Aparentemente, fue en ocasión de robo. Que yo sepa, no tiene problemas con nadie. Lo interceptaron, él se habrá resistido y le dispararon. La moto quedó ahí tirada. Ahora estamos esperando ver qué nos dice la Policía”, agregó. La madre del joven, sumida en la tristeza y los nervios, explicó que no podía hablar, y que no sabía qué era lo que había ocurrido.
Alí también comentó que su hijo había salido de trabajar en el taller metalúrgico de su abuelo y se fue a ver el partido en la casa de un amigo. Cuando volvía a su casa, en San José, recibió el disparo y quedó tendido en la calle, al lado de un contenedor de basura y a pocos metros de una gruta con imágenes religiosas. “En ese momento los vecinos llamaron a la Policía y a la ambulancia. El intentó de robo estuvo. Es más, no podemos encontrar su billetera”, insistió su padre.
Sin embargo, dentro de la investigación se baraja también la posibilidad de que el muchacho tuviera un enfrentamiento con un grupo de personas de Lomas de Tafí, liderados por un tal “Iván”. Por el momento, no hay ningún aprehendido en el caso.
Homicidios y Criminalística trabajaron durante la madrugada en el lugar, ante la mirada de decenas de curiosos. Pese a que se revisó toda la zona, no se pudo encontrar el proyectil -que ingresó y salió- ni la vaina servida. Por el daño que ocasionó, se estima que fue la bala fue disparada por un arma muy potente. Valdez llegó muy grave al hospital Padilla. El cuerpo de neurocirujanos realizó varios estudios para entender la gravedad de la herida y luego lo dejaron internado en cuidados intensivos. El joven se encuentra inconsciente y conectado a un respirador artificial.
El barrio
LA GACETA visitó la zona y se encontró con las mismas respuestas que la Policía: nadie había visto el violento ataque. Incluso, se mostraron temerosos ante la consulta, Sin embargo, algunos de ellos brindaron detalles. “El muchacho quedó tendido ahí, al lado del contenedor. Aquí hay mucha violencia pero no es distinto a otros lugares. A mí una vez me asaltaron cuatro personas armadas”, afirmó una comerciante.
“Se escuchó un solo disparo. No hubo gritos. Estaba viendo el partido y salí corriendo. Había mucha gente alrededor del chico y no lo llegué a ver bien, pero estaba consciente. Incluso, llegó un pariente y lograron cruzar algunas palabras. Sangraba mucho. Apenas se escuchó el tiro, un grupo de jóvenes salió corriendo para la calle Italia”, relató un hombre que prefirió mantener su apellido bajo reserva. El mismo testigo dijo que a Valdez lo conocía de vista, ya que solía ir de visita al barrio. “Esta es una zona que, cuando la gente quiere, es tranquila. Pero como en todos lados, cuando empieza a aparecer la droga en las esquinas es mejor meterse en la casa y poner candado”, añadió.
“No salí a ver porque creí que había sido una bomba de estruendo por el partido. Es un horror que alguien tan joven se debata entre la vida y la muerte”, lamentó Germán, al terminar de hacer unas compras.
El caso quedó en manos del fiscal Washington Navarro Dávila. La apuesta para esclarecer el crimen se centra en la revisión de cámaras de seguridad y un domo de la zona, que habrían grabado el ataque.