Qué bien se te ve Atlético cuando te animás a escribir historia. En el mismísimo Monumental, remontó una desventaja de dos goles y terminó firmando un meritorio 2-2. Más aún, estuvo cerca, muy cerca, de dejar con las manos vacías al River multiuso de Marcelo Gallardo.
Es verdad que el “Muñeco”, con la cabeza puesta en el choque de Copa Argentina del miércoles ante Atlanta, presentó un equipo muleto. Pero esto no minimiza la gran reacción del “Decano” en la última media hora de juego: el conjunto de Ricardo Zielinski estuvo para la cachetada y con los goles de Luis Rodríguez e Ismael Blanco se puso a tiro de la victoria.
Antes de la taquicardia del complemento, hubo otra película. Y una fotografía excluyente: Ismael se quedó en blanco, justo cuando estuvo cara a cara con Augusto Batalla. En esa primera contra profunda Atlético desnudó la debilidad de la retaguardia rival. David Barbona desbordó y encontró al centrodelantero en el corazón del área. Blanco hizo todo bien al hacer pasar de largo a Alexander Barboza y todo mal al pegarle al balón desviado, lejos del palo izquierdo del arquero, como si estuviera en ojotas en la playa.
Hasta ese momento River controlaba el balón pero carecía de peso arriba. Solo un par de veces había inquietado, con el colombiano Rafael Santos Borré: una pegó en el pecho de un defensor; la otra, enseguida, fue bien conjurada abajo por Cristian Lucchetti. Atlético estaba agazapado. Y en el último cuarto de hora del ’primer tiempo el “Decano” incluso se animó a más. Presionando sobre la salida de Iván Rossi, logró que se jugara más en campo local que en el propio.
River salió hecho una furia en el segundo tiempo. Y en una ráfaga de tres minutos, se puso 2-0 arriba. Primero Milton Casco le rompió el arco a Lucchetti y luego Carlos Auzqui le sirvió el gol a Santos Borré. Pintaba para goleada, porque Atlético siguió groggy varios minutos con el doble golpe al mentón. Pero reaccionó Zielinski, y los ingresos de Fabio Álvarez y Hernán Hechalar le hicieron bien al equipo. Todo el “Millonario” se durmió, tal como lo hizo Barboza al intentar despejar ese pase filtrado de Álvarez que cayó en los pies del “Pulga”, a quien a su juego lo llamaron: ante el achique de Batalla, tocó al gol y abrió una esperanza para el “Decano”, que se hizo realidad 9’ después. Ahora fue Rodríguez quien participó en el armado. Y Barbona, como toda la tarde-noche, se hizo un festín: asistió a Blanco y adentro.
Ya estaban en cancha Ignacio Fernández y Gonzalo Martínez. Y también se sumó Ignacio Scocco. Los tres ingresaron livianitos. Y en el partido de los cambios, Zielinski le ganó por goleada a Gallardo, que al sacar a De La Cruz dejó a su “Millo” pobre desde lo futbolístico. Y al partido también estuvo muy cerca de ganarlo el “Decano”: el cabezazo de Yonathan Cabral que tocó Batalla y dio en el travesaño, otra de Blanco (ante un enorme Batalla) y un par del “Pulga”.
Atlético se fue con una sonrisa de oreja a oreja del Monumental de Núñez. Incluso soñando con volver a verse las caras con el mismo rival en cancha neutral, por qué no, en una final soñada de Copa Argentina.