Cuando Independiente lo eliminó de la Copa Sudamericana, el año copero de Atlético parecía haber llegado definitivamente a su fin. Mucho más por las circunstancias en la que había sucedido: Luis Rodríguez desperdició un penal que pudo haberle dado la clasificación minutos antes que llegue el gol que se la terminó dando al “Rojo”. Eran quizás señales de que finalmente ya no había espuma en el pomo y había que guardarlo.
Se trató de un pequeño calvario dentro del mejor año en la historia del club. Principalmente, porque le tocó jugar dos copas internacionales y mientras muchos repetían que quizás no estarían vivos para ver eso nuevamente, el “Decano” los contradijo. Inmediatamente después de esa dura derrota en la Sudamericana, Atlético eliminó al “Rojo” de la Copa Argentina, en Mendoza; después hizo lo propio con Sarmiento, en Salta, y anoche superó a Vélez en Santa Fe. Por eso quedó virtualmente a un partido de que el sueño de la Libertadores vuelva a suceder en 2018.
Todo arranca en el reglamento de la Copa Argentina: el equipo campeón ganará un boleto a la Copa Libertadores siguiente, en este caso la de 2018. Tras la victoria ante Vélez, Atlético accedió a semifinales pero del otro lado del cuadro esperan River y el humilde Deportivo Morón. La lógica diría que el “Millonario” superará al equipo de la B Nacional, que enfrentará a San Martín este fin de semana. Si eso sucede, River como ya está clasificado a la Libertadores, si sale campeón debe ceder su cupo al otro finalista.
Si eso sucede, el equipo de Ricardo Zielinski necesita sólo un triunfo para jugar otra Libertadores, si se da la lógica, o a dos, si Morón da el golpe de efecto.
“Queremos seguir dejando a Atlético en lo más alto del continente y del fútbol argentino”, dice Franco Sbuttoni, que estuvo en el torneo que terminó clasificando a Atlético a la Libertadores pero se fue antes de disputarla. Para él, en especial, se trataría de una chance única.
El desafío no será fácil. En frente tendrá a Rosario Central, o en realidad, a un resucitado Rosario Central que aún no ganó en la Superliga pero que con las maniobras de reanimación que le aplicaron Camacho, Carrizo y su goleador Fernando Zampedri ante Godoy Cruz (que ganaba 2-0), dará mucho más que solo “pelea”. Después de todo, los rosarinos también están virtualmente a un partido de la Libertadores. Además, tienen mucho oficio en esta competencia ya que jugaron (y pedieron) tres finales: ante Huracán, Boca y River.
El partido previo a una de las semifinales de la Copa Argentina se jugará entre los dirigentes de ambos clubes. En juego estará la sede de ese duelo. La equidad en las distancias es la base fundamental de ese partido. Por eso es que Santa Fe, la sede del duelo con Vélez y la provincia que engloba a Rosario, queda descartada.
Al frente como opciones pasan Mendoza, a poco más de 900 kilómetros de Tucumán y a 877 de Rosario. En igual condición espera Córdoba, a poco más de 500 kilómetros de Tucumán y a 400 de Rosario. Sin embargo, con Buenos Aires como sede de la otra semifinal entre dos equipos de esa zona y el estadio Mario Kempes como la casi segura casa de la final de la Copa, el Malvinas Argentinas de Mendoza sería el elegido. Las distancias, el cansancio y la falta de conexión entre aeropuertos del interior ya no son un problema ya que la Copa pone charters a disposición de todos los equipos que deban enfrentar viajes largos.
La fecha tampoco está confirmada pero se jugaría en la primera quincena de noviembre. River-Morón se jugaría el 8, por ejemplo. Lo curioso es que, como sucedió con Independiente, Atlético jugará una mini serie con su rival de turno. El domingo 5 visitará al “Canalla” en Arroyito por la fecha 8 de la Superliga y días más tarde lo enfrentará por la Copa Argentina. Será el tercer enfrentamiento del año ya que, también en Rosario, ambos jugaron por el torneo pasado en los primeros días de abril.
¿Quién diría que el club se encuentre haciendo estas especulaciones sabiendo que está a 90 minutos (si River es el otro finalista) de jugar otra Libertadores? Después de que Martín Campaña le atajó ese penal al “Pulga” y Martín Benítez convirtiera minutos después, fueron muy pocos los que lo imaginaron. Pero en el fútbol, nada es imposible. Después de un 2017 histórico, Atlético no quiere esperar mucho para tratar de igualarlo.