Hace dos meses, desde la Municipalidad de la capital anunciaron que la calle Mendoza al 800 recuperaría su sentido original, para permitir el ingreso al microcentro y descongestionar el tránsito por calle 24 de septiembre. Sin embargo, hasta el momento, todo sigue igual: con vendedores ambulantes, cientos de motos y autos estacionados y tachos de basura, unir Junín y Salta es una verdadera carrera de obstáculos.
Cambiará el sentido de calle Mendoza al 800 para agilizar el ingreso al microcentro
En medio de ese caos, todos los ojos apuntan a Ramón. Tiene 61 años y confiesa que desde hace cinco, junto a sus hijos, sobrinos y nietos cuida autos y motos en una de las arterias en las que la ausencia de control municipal es alarmante. "Es a voluntad. Trato de hacerles un espacio a todos. Me dejan la moto y luego las acomodo. Es gente trabajadora, como nosotros", hace su descargo el hombre que, ante la amenaza latente del desalojo, se preocupa por el futuro de su familia.
"A mi edad, algún conocido de la calle me dará una mano. Además, me queda poco para jubilarme", reconoce al tiempo que admite que cuenta con anuencia de quienes deberían controlar la zona. "Se dice el pecado, pero no el pecador".
A pesar de la cantidad de vehículos que quedan bajo la custodia de la familia de Ramón, las cocheras de la zona están siempre llenas en hora pico. "A veces a los clientes les cuesta sacar sus autos por la cantidad de motos que estacionan en la calle. Hace unos días, se cayeron unas motos y se armó una discusión. Pero hay que tratar de mantener la armonía", relata Luis, que está sentado todas las mañanas, desde hace dos años, en una de las cuatro playas de estacionamiento de la cuadra.
Para Fátima, como la billetera aprieta, dejar su moto en la calle es la principal opción, sí toma en cuenta que por hora en una playa de estacionamiento debería pagar $15: "Es más barato. El otro día fui al banco y en una playa me costó $50. Aquí la dejo y ellos la acomodan". A José Luis le pasa lo mismo. "Sí vengo un ratito, la dejo. Es a voluntad", repite el hombre después de mantener una breve charla con Ramón. "Aquí todos me conocen. Saben que soy de confianza", dice Ramón, que mantiene un férreo control de la zona y mira con atención todos los movimientos.
Piden un cambio en Mendoza al 800
Como en las veredas la oferta de verduras es tan variada, muchos de los transeúntes deben bajarse a la calle para recorrer los metros que los separan desde la Peatonal Mendoza o de Salta, centro de tránsito de una decena de líneas de colectivos que cruzan el microcentro de norte a sur.
En 2011, la calle Mendoza al 800 cambió de sentido para agilizar la salida de vehículos desde el microcentro. Sin embargo, hoy el tránsito se congestiona en la esquina con Salta y los embotellamientos llegan, a veces, hasta Crisóstomo Alvarez. Con la apertura del túnel de "Mendoza", son cada vez más los autos que se amontonan en la caótica esquina.
Desde la Municipalidad, reconocieron que la iniciativa "está demorada por un problema administrativo". Lo cierto es que hace dos meses que el subsecretario de Tránsito y Transporte, Enrique Romero, había anunciado que la decisión de devolverle a esa calle la dirección original estaba tomada.
“El paraíso de las motos” en Mendoza al 800
En la esquina oeste de Mendoza al 800 hay un cartel que anuncia "Contramano" y, a pocos metros, un inspector municipal toca el silbato a motos y autos que violan la luz roja. El cruce de Salta y Mendoza invita a un festín de boletas. Tanto que cuando fue consultado por LA GACETA por el caos que tiene a menos de 20 metros suyos, se excusó y se fue, a seguir tocando el pito en la dirección contraria.