RANGUN, Bangladesh.- El Papa Francisco se convirtió ayer en el primer jefe de la Iglesia católica en visitar Myanmar, en un viaje de seis días que lo llevará también al vecino Bangladesh y en medio de la grave crisis humanitaria que afecta a la minoría musulmana rohingya.
El Pontífice comenzó su visita reuniéndose con el jefe del poderoso Ejército birmano, el general Min Aung Hlaing, acusado de contribuir a la persecución de la minoría musulmana rohingya, en lo que se ha convertido en una de las peores crisis humanitarias en el mundo.
Más de 620.000 rohingya han huido de Myanmar a Bangladesh desde agosto, cuando el Ejército birmano lanzó una operación calificada por Naciones Unidas y Estados Unidos como “limpieza étnica”.
Un portavoz del Papa dijo que el jefe de la Iglesia católica y el general Hlaing hablaron durante su entrevista de 15 minutos sobre las responsabilidades de las autoridades birmanas.
Según la página en Facebook del general, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas birmanas aseguró al Papa que en Myanmar existe libertad de culto y que no hay discriminación contra minorías étnicas.
No se sabe si el Pontífice abordó el tema de los rohingya con el jefe militar. La Iglesia católica de Myanmar había pedido al Papa que se abstuviese de referirse directamente a la minoría musulmana como rohingya para no herir susceptibilidades.
También el Gobierno de Myanmar niega que el Ejército persiga a los rohingya.
Unas 30.000 personas se apostaron a lo largo de la ruta desde el aeropuerto hasta la residencia del arzobispo, donde se aloja el Papa, para verlo pasar. Hoy, Francisco seguirá viaje a la capital, Naipyidó.
Niños vestidos con trajes tradicionales gritaban “¡Viva el Papa!”. Muchas personas llevaban puestas camisetas con la leyenda “Love and Peace” (Amor y Paz). De los faroles colgaban pancartas con la imagen de Francisco. “Esta vez el sueño se ha hecho realidad”, comentó Mariano Soe Naing, miembro de la Conferencia Episcopal de Myanmar.
Hkun Maw, de la etnia kachin del noreste de Myanmar, encabezó un grupo de más de 800 católicos en un viaje de dos días hasta Rangún, la metrópolis comercial del país y antigua capital. “Espero que pueda traer paz a nuestro país”, señaló.
La mayoría de los más de 650.000 católicos de Myanmar, un país de mayoría budista de 54 millones de habitantes, vive en zonas fronterizas, donde miles siguen desplazados por el enfrentamiento de las diversas etnias con las fuerzas gubernamentales. (DPA)