Un día antes de que lo asesinaran, el preso Fernando Sebastián Medina (31), le entregó una carta a su esposa. Ese escrito fue presentado ayer por la querella ante la fiscala Adriana Giannoni, que investiga las circunstancias en las que se produjo el asesinato de Medina el miércoles pasado. También indaga sobre los motivos por los que dos días antes del crimen fue trasladado con otro interno, desde la Comisaría 7ª al penal de Villa Urquiza, cuando se trataba de testigos protegidos que habían denunciado a guardiacárceles por venta de drogas dentro de la penitenciaría local.
“Me trajeron al penal, a dónde me quieren matar todos. Los policías y los internos ya me dijeron que me van a matar y en ninguna unidad puedo vivir. Acá me pega la policía y todos los presos están en mi contra. Mi alma no está tranquila”, explica Medina en uno de los párrafos del escrito al que tuvo acceso LA GACETA. Más abajo, pide a las autoridades que atiendan su reclamo. “Necesito que me den una audiencia en carácter urgente y que me saquen del penal, porque está todo mal conmigo”, advierte.
El recluso asesinado en Villa Urquiza había denunciado venta de droga en el penal
El martes, Ana Silva fue a Villa Urquiza a visitar a su marido. Durante el encuentro, Medina le reiteró que estaba preocupado porque su vida corría peligro detrás de esos muros. El preso le entregó la carta. Silva corrió desde el penal hasta el Juzgado de Ejecución y Sentencias del Centro Judicial de la Capital, a cargo de Roberto Guyot. “Yo les presenté la carta y les expliqué que la vida de mi marido estaba en peligro, pero no me hicieron caso, y él ahora está muerto”, se lamenta Silva, mientras llora, sentada en un banco del patio de Tribunales Penales.
La abogada Silvia Furque, representante de la querella, confirmó que el documento fue recibido y sellado en ese Juzgado. “Es un escrito que tiene valor de habeas corpus, es la firma de Medina. Yo fui el martes al Juzgado, y no estaba el juez ni la secretaria, nos dijeron que habían asistido a un curso. Yo comenté la situación de mi cliente y me respondieron que no había lugar para alojarlo. Les dije que su vida corría riesgo y me respondieron que eso lo debería responder el juez. Regresamos el miércoles, en un estado de total desesperación. El juez y la secretaria seguían en el curso de perfeccionamiento. Hasta las 15 estuvimos pidiéndole el traslado al empleado que nos atendió. Pero al no estar el juez, no se podía hacer nada”, dijo la letrada.
El miércoles a las 15.45, Medina llamó a su mujer desde el teléfono público del penal. Silva asegura que éste le dijo que momento antes, cuando se dirigía al baño, vio que otro interno, apodado “Machilo” le entregaba un cuchillo a Sebastián “Pichi” Mendoza, sospechoso del crimen. De acuerdo a la información oficial, Medina fue asesinado a puñaladas en el patio del Anexo alrededor de las 16.15 y una hora después se confirmó que había fallecido.
“Si no me sacan ya, me van a matar”, había dicho el preso asesinado
El caso
Meses atrás, Medina y otro preso (su identidad se mantiene en reserva por tratarse de un testigo protegido) denunciaron a personal del Servicio Penitenciario por comercialización de estupefacientes dentro de la cárcel. Según la versión de su familia, él se habría negado a seguir vendiendo drogas para los guardiacárceles.
“Estaban protegidos por un habeas corpus presentado en septiembre cuando denunciaron a los guardias por venta de sustancias prohibidas en la cárcel. Los trasladaron a la comisaría 7ª porque sus vidas estaban en peligro en el penal”, precisó la abogada Furque, que aclaró que desconoce quién dio la orden de traslado, ya que por el momento no constan en la justicia documentos que avalen el movimiento de los presos.
Un crimen dejó al descubierto el supuesto tráfico de drogas en el penal de Villa Urquiza
“Habrá que analizar las llamadas entre la Comisaría y el Juzgado de Ejecución y Sentencias. Los policías dicen que ellos le avisaron a la secretaria del juzgado, pero ella niega esa comunicación y agrega que tampoco ordenó los traslados. Pero aunque no se hayan comunicado, el lunes a primera hora desde la cárcel le comunicaron al juez que estas personas habían sido trasladadas y no se hizo nada. En la cadena de responsabilidad, el juez tendría que responder”, concluyó Furque.