ÚLTIMA FUNCIÓN

• A las 21, en el Teatro de la Estación de Concepción (Italia y Heredia). Entrada popular a $50.

Nuevamente, el encumbrado y osado Phileas Fogg, su criado Passpartout y la bella Auda se embarcarán en la aventura de dar “La vuelta al mundo en 80 días”. Esta vez, el recorrido nacerá en el Teatro de la Estación de Concepción y los viajeros serán los integrantes del Taller Municipal de Teatro de esa ciudad, que adaptan a escena la novela clásica de Julio Verne.

“Puede considerarse a esta puesta la primera superproducción del interior tucumano montada en una sala tradicional, porque los otros casos de grandes representaciones son de carácter religioso o histórico y se montan en espacios abiertos”, destaca Víctor Hugo Cortés, el director de la obra.

El teatrista coordina el numeroso elenco municipal, que surgió de un taller gratuito que dictó todos los sábados de este año para mayores de 18 años, sin tope de edad. Actúan Juan Pablo Sáez Gil, Cecilia Pérez Villada, Nicolás Dip, Mayra Cabrera, Raúl Santillán, Rossana Carrizo, Delina Rocha, Marta Rodríguez, Lourdes Burt, María Eugenia Baracat, Rocío Amun, Claudia Roldán Correa, Néstor Soria, Ayelén Alderete, Carla Bustamante, Abigail Núñez, Andrea Santillán, María Rodríguez y Flavia Canto. Aparte de este grupo, hubo una decena más de alumnos que participaron de la capacitación.

Cortés destaca que ofrecen una versión desopilante de la historia de Fogg, quien apuesta su fortuna en un viaje contra reloj. Si regresa a Londres pasado el tiempo máximo previsto, perderá todo, por lo que se vale de todo tipo de transporte, por tierra, aire y mar, para atravesar Europa, Asia y América. Como si no fuera poco el desafío, huye del inspector de Policía Fix, quien lo confunde con un ladrón de bancos y quiere atraparlo.

En la narración teatral se vuelcan datos científicos, geográficos e históricos del momento en que Verne escribió su texto, cargado de humor y de tensión. El autor francés editó el libro en 1873. “Fue uno de los primeros en soñar con otros mundos, en saber que los seres vivos somos todos hermanos en la aventura de la vida, y en afirmar que el coraje, la inteligencia y la honestidad son nuestra brillante espada ante el futuro”, resalta el director.

- ¿Cómo se desarrolló el proyecto general?

- Fueron jornadas de cinco horas cada una durante seis meses, que incluyeron entrenamiento actoral, el conocimiento de los lenguajes expresivos y de la técnica teatral, el abordaje de la puesta escénica y la construcción de los personajes. Este proceso riquísimo comenzó en marzo y culminó el 3 de septiembre con el estreno a sala llena de esta propuesta, que se mantuvo en temporada por la gran afluencia del público, lo que nos sorprendió a todos, hasta que llegamos a esta última función.

- ¿Qué caracteriza esta puesta?

- Un elemento escénico a destacar es la aparición de un enorme elefante de gomaespuma que los ayuda a llegar a puerto, que demandó la incorporación al equipo de la titiritera Olga Sánchez. Además, ella instruyó a los actores en el manejo de la marioneta. El herrero Javier Rojas construyó una réplica funcional y de tamaño real de un rickshaw, que es un vehículo ligero de dos ruedas que se desplaza por tracción humana, originario de Asia y que se utilizaba para transportar sólo a personas muy importantes. La colorida escenografía es aportada por los propios actores, que transforman la escena en un club londinense, en una calle de Japón, en un templo hindú, en un barco a vapor que cruza el océano... También están las destrezas de los acróbatas del circo japonés, un larguísimo tren a vapor, el peligroso templo hindú del que hablaba, un enorme barco de luces con el que cruzan el mar, y el colorido globo aerostático en el que se elevan los protagonistas para arribar a destino, entre otros atractivos de la puesta. Hay otros detalles, como que el personaje de Passpartout está interpretado por una mujer (Cecilia Pérez Villada).

- Ya hiciste antes esta obra. ¿Qué mantuviste esta vez?

- Esta pieza es una adaptación de que la que escribí y estrené en 1996 en Asunción del Paraguay, de la mano del grupo Tuka’e, oportunidad en la que la crítica paraguaya la consideró la mejor obra del año. Conservé la música original compuesta por Oscar Fadlala para aquella puesta y se rediseñaron los vestuarios originales de la mano de Natalia Yapura, confeccionados por Gladys Sierra.

- También hiciste “La vuelta...” en Tucumán, hace ya 20 años.

- Sí. En 1997 volví a Tucumán y la estrené con el elenco local de El Equipo, que fue el grupo antecesor del actual La Jirafa, en el teatro San Martín, donde me di el gusto de hacer aparecer en escena un globo aerostático. Ese mismo año hice su versión de cámara en la Alianza Francesa. Otra puesta memorable fue la dirigida por Leonardo Gavriloff para la Comedia Catamarqueña en 2002, que tuvo una destacada presencia en la Fiesta Nacional de Teatro de ese año.