Todos lo critican, pero casi todos quieren estar porque más allá de los pocos y muchos minutos de presencia o de la calidad de las propuestas es una vidriera para el país. Desde hace más de cinco décadas, el Festival de Cosquín sigue siendo el más importante del país. Como sucede hace bastante tiempo, la participación oficial de Tucumán es discontinua, La última vez que la provincia envió una delegación artística fue en 2016, el año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia; ello no sucedía desde 2012. Este año no será una excepción. Pocos días atrás, Tucumán figuraba en la programación en el segmento “Postales de provincia”, que tendría lugar hoy en la noche de apertura del encuentro.
Mientras Misiones, La Rioja, Santiago del Estero, Jujuy, Salta, Tierra del Fuego y Entre Ríos ya habían confirmado su participación su presencia (del exterior, Japón enviará su propia delegación), una vez más Tucumán quedaba afuera del festival que a lo largo de sus “Nueve lunas” será trasmitido en directo por la TV Pública (Canal 7 de Buenos Aires, con retransmisión nacional por cable y satélite). El arancel para participar en ese segmento fue el año pasado de $150.000 (sin los traslados, alojamiento y viáticos), monto que habilita a la delegación a actuar en el escenario mayor y en una carpa instalada en la plaza San Martín, junto a la feria nacional de artesanías que funciona en el lugar en los días de recitales. “En ese sitio, cada provincia tiene reservado el espacio para su stand, lo que implica otro espacio para la difusión del arte y de la cultura de cada lugar”, dijo un directivo de la Comisión Municipal de Folklore de Cosquín.
Da la impresión de que el Gobierno provincial no tuvo interés en que Tucumán esté representado oficialmente en el festival mayor del país. El Ente de Turismo informó que la actividad de difusión está concentrada en la costa atlántica bonaerense, hacia donde partieron dos tráileres; mientras que de Cultura sólo salió apoyo económico para el colectivo “Tucumanos Rumbo a Cosquín” para actuar en peñas alrededor de la plaza Próspero Molina y ver los números centrales desde la platea.
El folclorista concepcionense Yuca Córdoba dijo que esta ausencia evidencia la falta de compromiso de parte de las autoridades de Cultura con una música que identifica cabalmente a nuestra gente. “Es el festival más visto y representativo del país y Tucumán tiene que tener una y varias voces que representen a su pueblo”, señaló. Su colega Lucho Hoyos afirmó que ningún Gobierno considera al folclore como parte de la cultura tucumana ni se lo defiende. Planteó la necesidad de diseñar una propuesta consolidada entre todos los artistas con inquietudes y necesidades similares. Se quejó porque los valores locales son considerados figuras de relleno en los propios festivales tucumanos.
Esta realidad desnuda una vez más la ausencia de una política cultural coherente. La participación oficial de la provincia en este festival que tiene proyección internacional, no debería depender la cara o cruz de una moneda o del estado de ánimo de los funcionarios; no se puede estar en ascuas hasta último momento. Por otro lado, se debería replantear el exiguo monto que suelen pagarles a los artistas locales en los festivales provinciales que cuentan con el patrocinio del Estado, mientras a los de afuera se les abona enormes cifras de dinero, lo cual pone en evidencia una penosa discriminación. Otras provincias sienten orgullo de mostrar los valores tienen en su casa, pero da la impresión de que a la nuestra no le interesa demasiado, tal vez por una cuestión de desconocimiento o de falta de tucumanidad de la clase dirigente.