De Andrés Burgo.-
Uno de los hinchas que se había atrevido al exceso de calor y a la falta de gol de Atlético abandonó ayer la cancha de Arsenal, tras el 0 a 0, el cuarto partido en el verano sin festejos para el equipo de Ricardo Zielinski, con una queja: “basta de (Ismael) Blanco, no sé por qué el ‘Ruso’ insiste tanto con él”.
La frase no tiene mucho valor en sí: el “9” no fue ni de lejos el jugador de peor actuación (más bien fue una víctima de un equipo al que le cuesta pisar el área contraria), el partido fue un amistoso y, sobre todo, las opiniones de los fanáticos suelen cambiar después de una jugada: por ejemplo, a Atlético no le cobraron un penal por agarrón a Rodrigo Aliendro que, posiblemente, habría desembocado en un gol del “Decano” y el hincha en cuestión se habría ido feliz con pensamientos del estilo “estuvimos sólidos, eh”.
También es cierto que Atlético -y Blanco, entre ellos- no consigue salir de su anemia ofensiva. Ya pasaron Talleres, Sport Recife y Gimnasia sin que el “Decano” haya conseguido hacer un gol. Ayer se sumó Arsenal. No asusta, pero preocupa. Y en todo caso no es nuevo: entre el 4 de diciembre y el 4 de noviembre pasado, Atlético también estuvo cuatro partidos seguidos, tres de Superliga (Arsenal, Estudiantes y San Lorenzo) y uno de Copa Argentina (Central) sin convertir.
Para colmo, es posible que el ensayo de ayer le haya dejado un mensaje confuso al DT: cuanto más atacó su equipo, peor la pasó. El primer tiempo, con Luis Rodríguez y Blanco en ataque, fue prolijo, con tenencia de pelota, dominio del juego y sin que Augusto Batalla pase peligro, aunque también con un equipo que quedó muy lejos del arco de Arsenal, sin que Favio Álvarez, Alejandro Melo o Aliendro pudieran llegar por sorpresa.
En cambio en el segundo, cuando ingresó Mauricio Affonso por el “Pulga”, el equipo de Zielinski estuvo mucho más activo en ofensiva y con dos referencias de área generó un par de situaciones claras (además del penal no cobrado). Aunque fue en el complemento cuando Arsenal tuvo las dos mejores chances del partido, en especial un remate de Claudio Corvalán que Batalla rechazó con buenos reflejos y algo de suerte: la pelota pegó en el palo.
Las otras postales no quedarán en la historia: buen partido de Aliendro, un enojo al pasar entre Rodríguez y Jonathan Cabral en el entretiempo, de los que debe haber decenas en cada partido pero que al tratarse de uno con poco público pudo escucharse (“hablás, hablás, y acá corremos todo”, se quejó Rodríguez y el defensor le respondió “y sí, hablo porque soy central”, y el tema quedó olvidado), el calor (el propio “Pulga” repartió botellas de agua entre hinchas del “Decano”) y una ilusión: que el lunes 29 ante Temperley, después de haber jugado en el estadio “Julio Grondona”, cuna del “todo pasa”, la carencia goleadora de Atlético también haya pasado.