Con apenas 17 años apareció en escena, y comenzó a cerrar la herida que Uruguay le había dejado abierta ocho años antes, con el “Maracanazo”.

Suecia 1958 fue el Mundial en el que Edson Arantes do Nascimento saltó a la fama y se subió al máximo pedestal del mundo futbolero.

En plena Guerra Fría y sin Jules Rimet, uno de los padres de la competencia -fallecido en octubre de 1956-, el país escandinavo fue la cuna donde Pelé empezó a escribir su historia dorada.

Eran años lúgubres para Brasil. Luego de perder el torneo en su casa, los torcedores tenían una espina clavada y miraban de reojo el rendimiento del “Scratch”. Para colmo, en la previa a este torneo, Vicente Feola, técnico de la “Canarinha” tomó una decisión que levantó polvareda en su país: dejó de lado a Luizinho -por entonces, gran estrella de Corinthians- para llevar a un joven que prometía mucho.

Los aficionados no tomaron nada bien esa jugada de Feola. No porque dudaran de las condiciones de Pelé, sino porque pensaban que era demasiado chico para guiar un seleccionado que debía saldar una deuda de manera urgente.

“O Rei” llegó con lo justo a la competencia. Una lesión en su rodilla derecha casi lo deja sin su primer Mundial. Pero una recuperación en tiempo récord le permitió decir presente en Suecia 1958.

Como en toda historia sobre una proeza, siempre hay datos que terminan agigantando a los héroes. Y este caso no fue la excepción. El libreto que se escribió en este torneo y en el que se enmarca la entrada en escena de “O Rei” contribuyó a magnificar la leyenda. Pelé vio sentado en el banco de suplentes, pegado a un petisito de piernas arqueadas (apodado Mané Garrincha) cómo Brasil daba el primer paso en el certamen.

El equipo se sacó de encima, con un contundente 3 a 0, a una poderosa Austria. Pero la cosa comenzó a complicarse en el segundo juego. Un empate en cero contra Inglaterra puso en aprietos el futuro de Brasil en el torneo. Debía ganar el último juego, ante Unión Soviética, para asegurar la clasificación a la ronda final.

Y ahí es donde el mito comienza a tomar forma. Feola decide tirarles la responsabilidad a Pelé y a Garrincha, quienes debutan como titulares en el Mundial.

Y la seleção comenzó a llenar los ojos de todo el mundo. Un Brasil lleno de magia ganó 2 a 0 gracias al jogo bonito de Pelé y de Garrincha, y a los dos goles de Vavá, otro delantero fuera de serie.

“No puedo creer que lo que vimos aquella tarde fuera fútbol. Jamás había visto un fútbol tan hermoso en mi vida”, fueron las palabras de Gavriel Katchalin, entrenador soviético, luego del juego.

De la mano de Pelé y de sus buenos coequipers, Brasil comenzó a pisar firme y el título que se le había negado en 1950 parecía estar cada vez más cerca.

En cuartos de final, Pelé volvió a ser decisivo y anotó su nombre en la historia grande del fútbol mundial. Ante Gales marcó el tanto que le permitió a su equipo clasificarse a semifinales. Pero ese tanto valió mucho más. El “10” se transformó en el jugador más joven de la historia (17 años, 7 meses y 27 días) en marcar un gol en un Mundial.

Justo en semifinales, el “Scratch” debía medirse con una Francia que contaba con el gran Just Fontaine, que hasta ese momento llevaba ocho goles en el torneo y se encaminaba para ser el goleador de Suecia 1958. Fontaine sumó un tanto a su colección, pero él y su Francia debieron rendirse ante un “hat-trick” de ese flaquito moreno que ya deslumbraba con su fútbol.

En la final ante el dueño de casa, “O Rei” marcó, quizás, uno de los goles más famosos de la historia; sombrero a Gustavsson y definición sin dejar caer la bola para poner el 3 a 1 a favor de Brasil. Pero eso no fue todo. Pelé también cerró la goleada, marcando el 5 a 2 con el que Brasil curó las heridas y con el que el “crack” lloró de alegría.

Curiosidades
 El personaje: Vavá era sinónimo de efectividad. Fue parte de un histórico ataque junto a Didí, Garrincha, Pelé y Zagalo. Marcó cinco goles.
 Sin el padre de la criatura: Jules Rimet, el creador de la competencia, falleció el 16 de octubre de 1956 a causa de una úlcera en el estomago. Suecia 58 fue la primera Copa sin él.
 La revelación: Unión Soviética llegó hasta cuartos de final en su primer Mundial. Con un equipo integrado por jugadores amateurs realizó un gran torneo.

Curiosidades

El personaje: Vavá era sinónimo de efectividad. Fue parte de un histórico ataque junto a Didí, Garrincha, Pelé y Zagalo. Marcó cinco goles.

Sin el padre de la criatura: Jules Rimet, el creador de la competencia, falleció el 16 de octubre de 1956 a causa de una úlcera en el estomago. Suecia 58 fue la primera Copa sin él.

La revelación: Unión Soviética llegó hasta cuartos de final en su primer Mundial. Con un equipo integrado por jugadores amateurs realizó un gran torneo.