San Martín salió bien parado de una parada brava. Se llevó el empate, 1 a 1, de José Ingenieros ante un rival directo, Almagro, que durante 50 minutos saltó a la cima de la B Nacional y que tras el partido se quedó con las ganas y sin su técnico, Alfredo Grelak, quien renunció por diferencias con la comisión directiva.
El punto es valioso para el equipo de Darío Forestello, aunque también pudo obtener los tres. Porque fue una historia de cara y ceca: el “Santo” jugó un primer tiempo de discreto para abajo y un complemento que explica por qué está peleando arriba en el certamen, ahora ubicado provisionalmente en el sexto puesto.
El gol de Claudio Bieler graficó aquello que San Martín extravió en la primera etapa y encontró en la segunda: juego asociado. Juan Galeano se tomó la pelota; fue para aquí y soltó por allá. Damián Arce acertó como no lo había hecho antes ni lo volvió a hacer después. Filtró el pase y “Taca” definió como lo hace cualquier centro delantero que se precie.
El “Santo” mejoró su cara gracias a un acierto de Forestello. En el entretiempo sacó a un flojo Gabriel Graciani y puso a Alejandro Altuna, quien se adueñó del mediocampo y permitió que Galeano se liberara. Así la usina de fútbol del equipo creció tanto que hasta terminó mereciendo la victoria.
Antes de que Forestello moviera el tablero -también fue beneficioso el ingreso de Franco Costa a la hora de juego- San Martín pareció extrañar demasiado al suspendido Matías García.
De arranque, el “Santo” padeció el partido. En el primer cuarto de hora apenas cruzó la línea central. Hubo un desborde y centro de Gonzalo Rodríguez al que Bieler llegó incómodo para cabecear.
Esa fue la mejor (y única) fórmula de San Martín en la etapa inicial. “Turbo”, pura velocidad y destreza, ganó por la banda derecha cada vez que se lo propuso. Pero nadie la pudo mandar adentro. Por la izquierda, en cambio, Sergio González nunca encontró su lugar.
Almagro, con Ezequiel Piovi como cerebro, merodeó el arco de Ignacio Arce desde temprano. Y facturó a los 21 minutos tras un furibundo contraataque. Esteban Espíndola López retrocedió y no salió nunca, la pelota se desvió en Maximiliano Martínez y la escena culminó con Diego Diellos festejando el gol con su cabeza platinada.
Con los cambios, “Yagui” decidió salir a buscar el empate por el sector izquierdo del ataque: Martínez subió más y mejor, se encontró con Costa y vino lo mejor.
Almagro se fue metiendo demasiado atrás. En realidad San Martín lo fue obligando. Antes de ser reemplazado, “Pampu” González definió mal de cabeza desde muy cerca. El “Tricolor” no llegó nunca en esta etapa; el “Santo” se afirmó y casi que lo arrinconó contra su arco.
Y así llegó el gol de Bieler, que jugó casi media hora de regalo: ya tenía tarjeta amarilla y cometió una falta que hubiese ameritado otra.
San Martín no se conformó con el empate. Fue por más: Galeano y Arce se apuraron un par de veces cada uno rematando de media distancia cuando las jugadas pedían otro tipo de resolución. Y cerca del final, un pelotazo largo y preciso desde el arco de Arce, continuó en desborde y centro de Rodríguez. Bieler no llegó a tomar la pelota con justeza y el remate salió un elevado. Una lástima porque hubiera sido un golazo y también maravilloso que el “Santo” se llevara el premio mayor en su excursión por José Ingenieros.
Igual, si mantiene el funcionamiento de la segunda etapa –y lo hace extensivo a más minutos de partido- el sueño del ascenso podría dejar de serlo y convertirse en realidad. San Martín da muestras de que si se lo propone, claro que puede.