Los dos jóvenes sospechados por el crimen del policía Marcelo Adrián Ruesja permanecerán detenidos. Ayer por la mañana fueron presentados ante el fiscal Washigton Navarro Dávila, a cargo de la causa.
Las fuentes judiciales informaron que ambos quedaron imputados por el delito de homicidio agravado por alevosía.
Según trascendió, a uno de ellos le dio positivo el examen de dermotest, que detecta la presencia de pólvora en el cuerpo.
Se trata de dos primos de 23 y 24 años. Fueron detenidos una hora después del crimen del uniformado. Un sereno de una fábrica de piletas, que los habría visto rondando la zona del homicidio, aportó el dato que permitió atraparlos. La Policía los encontró en una casa de calle Warnes al 1.800.
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Voceros judiciales señalaron que uno de ellos tendría antecedentes penales: estuvo detenido en el penal de Villa Urquiza. Había recuperado la libertad mediante permisos extramuros. Según las fuentes, estuvo un año tras las rejas con prisión preventiva por un intento de homicidio.
Ruesja fue asesinado de un tiro en la cabeza en la medianoche del sábado. Se había retirado junto con su pareja, Alejandra Farías, de una fiesta familiar en el barrio Lola Mora.
Marcelo Ruesja fue asesinado cuando regresaba de una fiesta con su pareja
A bordo de una motocicleta Yahama azul, emprendieron el camino de regreso hacia su domicilio en el barrio 80 Viviendas de Las Talitas.
Pero al llegar a intersección de la avenida de Circunvalación y calle Wilde, fueron emboscados por dos desconocidos que circulaban en una moto enduro.
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Ruesja, quien había ingresado a la fuerza en 2011 y se desempeñaba en la Guardia Urbana, habría intentado defenderse utilizando un arma de su propiedad. Pero los ladrones habrían advertido ese movimiento y le dispararon a quemarropa. Le dieron un tiro entre los ojos. Su mujer también resultó herido: ella recibió un balazo en una pierna.
Los delincuentes escaparon llevándose la moto de las víctimas, quienes quedaron tendidas en medio de un charco de sangre, junto a la ruta.
Testigos del brutal atraco llamaron al 911 y al 107. El policía ingresó en estado crítico al Centro de Salud y falleció poco después. Su mujer fue dada de alta en las horas siguientes.
“Actuaron con mucha impunidad. Son delincuentes que saben que, hagan lo que hagan, después van a salir en libertad. No les importa nada”, se lamentó Luis Marcelo Ruesja, padre del policía abatido.