MADRID, España.- La diáspora de los venezolanos sigue creciendo “a ritmo de vértigo”, según expertos en este tipo de fenómenos demográficos. “La migración no se puede parar”, según el sociólogo Tomás Páez Bravo, desde Madrid.
El autor de “La voz de la diáspora venezolana” afirma que, en un panorama de hiperinflación, deterioro económico, escasez de alimentos y medicinas e inseguridad, el fenómeno está lejos de acabar.
La investigación de Páez traza el perfil del emigrante, que es distinto que el de hace unos años. “La gente ya no sale en avión, los pasajes están caros, en un contexto hiperinflacionario, y tras la desaparición de líneas aéreas que antes viajaban a Venezuela. La gente está viajando fundamentalmente a pie, en autobús, en ‘peñeros’, lanchas con las cuales van a Curazao o Trinidad y Tobago”, dice.
Por eso, opina el sociólogo, crece la tendencia de emigrar hacia Latinoamérica. Los destinos fundamentales son Colombia por la vía a pie y por otro lado Brasil: “Ahora, en Boa Vista (ciudad fronteriza), el 10% de la población es venezolana. También aumenta a un ritmo vertiginoso en Argentina, Chile, Ecuador y Perú”.
Una cantidad menor, pero aún importante, logra llegar a España, pero la distancia o el precio del pasaje no diferencia el nivel de formación u origen social, según el sociólogo. “En los últimos años, la población venezolana se ha empobrecido entera. El hecho de que algunos se vayan en autobús en lugar de en avión no los hace menos preparados, sino más pobres”, asegura.
Páez ubica el inicio del proceso con el gobierno chavista, en 1999. “El 95% de la emigración se ha producido en los últimos 18 años”, dice. La magnitud no fue siempre igual. Hay una primera oleada (hasta 2011) asociada a impactos políticos importantes. A partir de entonces, el fenómeno se disparó, y Páez lo atribuye a que acabó el periodo de bonanza. En los últimos dos años identifica una tercera etapa: hasta el año 2015, el noventa y pico por ciento de emigrantes tenían un grado académico. En los últimos años se ha expandido a gente con menor nivel académico. “Es la oleada de la desesperanza, la de la gente que se va porque tiene que resolver el tema de la medicina o de la comida”. (DPA)
ASISTENCIA
LA FUERZA AÉREA BRASILEÑA TRASLADA A CIUDADES A LOS VENEZOLANOS QUE INGRESAN POR RORAIMA
La Fuerza Aérea brasileña comenzó a trasladar a venezolanos desde la frontera a otros lugares de Brasil, mientras siguen ingresando decenas de miles de migrantes. El gobierno lanzó en marzo una operación liderada por el Ejército, con un presupuesto de unos U$S 54 millones, para regular el flujo de migrantes, mejorar refugios y ayudar con los documentos para que puedan encontrar trabajo en ciudades más grandes. La situación ya es una crisis humanitaria. Un ejemplo de ello se ve en la ciudad de Boa Vista, unos 1.500 refugiados se han guarecido en un parque, enfrentando lluvias torrenciales en un campamento sin agua, baños o cocina. (Reuters)
Hiperinflación, detenciones y resoluciones judiciales incumplidas
Faltan 16 días para la elección presidencial del 20 de mayo, en medio de una crisis con hiperinflación y escasez de efectivo.
Once ejecutivos del banco privado más grande del país fueron detenidos y se ordenó la intervención de la entidad por 90 días.
El Programa Mundial de Alimentos dispuso 46 millones de dólares para distribuir alimentos de emergencia a 350.000 personas, a través de tarjetas cargadas con crédito.
Los pedidos de asilo en Roraima son 20.000 en cuatro meses de 2018. En 2017 fueron 22.000 las solicitudes. En 2016 hubo 3.800.
Unos 92.600 venezolanos ingresaron a Brasil entre 2017 y 2018. La mitad continuó viaje a países como Argentina y Chile.
El “Tribunal Supremo en el exilio”, compuesto por jueces que no pudieron asumir, declaró la suspensión de Maduro como presidente y “ordenó” su detención. El “tribunal”, emitió su fallo desde Coral Gables, en Florida.