¿Cuál es el mecanismo para alcanzar el financiamiento del FMI? Los economistas, y hasta los funcionarios del gabinete del presidente Mauricio Macri, coinciden en que la mejor carta de presentación es mejorar la situación fiscal. Es decir, mostrar una capacidad de repago del crédito.
Pese a que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunció una nueva baja en la meta de déficit fiscal, los expertos consideran que no es suficiente y que el organismo requerirá mayor esfuerzo fiscal. Según Economía & Regiones (E&R), aunque sea recesivo, al gobierno nacional no le queda otra que ajustar. “Si la política económica no lo hace, las dinámicas macroeconómicas ajustarán, y el resultado será el más contractivo todos. El escenario estanflacionario está descontado. Lo mejor es ajustar cambiando las políticas fiscal y monetaria por decisión propia”, sugiere la consultora. Según esta evaluación, si se cambia la política fiscal y la política monetaria ajustando lo que hay que ajustar, se abren dos escenarios al Gobierno:
• Pueden perder las elecciones, pero se mejoran los fundamentos de la macroeconomía.
• Si son reelectos, harán mejor segundo mandato.
Por el contrario, si no cambian esas políticas o lo hacen en forma insuficiente, también emergen dos escenarios:
• Enfrentarán un año y medio mucho más difícil hasta terminar su gobierno.
• Si (aún) fueran reelectos, terminarán haciendo un ajuste mayor más adelante en el tiempo.
La mayoría de los gobernadores (incluso el tucumano Juan Manzur) han considerado que no pueden hacer ajustes fiscales, ya sea porque tienen equilibradas sus cuentas o porque no hay márgenes políticos para realizarlos.
“El gobierno nacional comete un error si pretende trasladar el ajuste fiscal completamente hacia las provincias”, advierte E&R. El argumento del Gobierno nacional es que las provincias tienen equilibrio fiscal gracias a que se les ha restituido parte del 15% de la coparticipación de impuestos que la administración central retenía para el financiamiento de la Anses. Según este argumento: “ahora a las provincias les toca asumir su parte, que es bajar el gasto para reducir su déficit fiscal”.
El sector público provincial no está eximido de “culpas” fiscales, pero esas “culpas” son menores que las que le cabe al Gobierno nacional, sostiene la consultora. En este sentido, durante los últimos ocho años -dice el informe- el gobierno nacional siempre y todos los años aumentó el déficit fiscal en forma sostenida.
En contraposición a lo que ocurre en la esfera provincial (déficit inferior al 1% anual del PBI en la última década), el rojo fiscal nacional crece sostenidamente a lo largo de los dos mandatos de Cristina Fernández y durante los dos primeros años de Cambiemos, pasando de -0,6% (2009) a -6,8% (2017) del PBI. Frente a este cuadro, E&R sostiene que la mayor parte del ajuste le compete a la Nación.
Los datos de gasto público también muestran que la Nación tiene que ajustar más que las provincias. Aún neto del gasto en jubilaciones, que es 9,7% para Nación y 2,1% del PBI para provincias, el Gasto nacional (16%) es 15% superior que el de los distritos subnacionales (13,6%) en términos del PBI. Es más, las provincias gastan un 15% menos que Nación haciéndose cargo de los servicios públicos esenciales como educación, salud, justicia, y seguridad, finaliza.