El clima para el tratamiento del proyecto de despenalización del aborto en el Senado comenzó a caldearse, incluso mucho antes de que la iniciativa -ya aprobada en Diputados- empiece a ser debatida en comisión.
El primer foco de tensión se generó por una decisión de la vicepresidenta, Gabriela Michetti, quien dispuso girar a cuatro comisiones el texto con media sanción, aprobado por la Cámara de Diputados el 14 de junio último. De inmediato, referentes opositores denunciaron que la presidenta del Senado, que públicamente expresó su rechazo a la interrupción voluntaria del embarazo, pretende demorar la discusión.
“No hay ninguna dilación porque las cuatro comisiones a las que giré el proyecto van a trabajar juntas y es la misma cantidad de comisiones que las que intervinieron en Diputados”, dijo la presidenta del Senado en respuesta a los reproches que le dirigió el peronismo por su decisión de enviar el proyecto a cuatro comisiones en lugar de a dos.
En una reunión que mantuvo en forma privada en la quinta presidencial de Olivos con una de las representantes de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, la actriz Dolores Fonzi, Michetti estimó que en un mes y medio la iniciativa estaría en condiciones de llegar al recinto.
“La única diferencia es que en Diputados el debate llevó seis meses y acá, donde las cuatro comisiones van a trabajar juntas en plenario, más o menos se calcula que en un mes y medio va estar saliendo” a tratarse en recinto, respondió la vicepresidenta ante la inquietud de Fonzi.
La resolución de Michetti difundida el viernes, de dar traslado al proyecto de legalización del aborto a las comisiones de Salud, como cabecera, de Justicia y Asuntos Penales, de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto, dos más que las que pedía el PJ, provocó reacciones de enojo en la bancada de la oposición.
El jefe de los senadores del PJ, Miguel Pichetto, acusó a la vicepresidenta de pretender “obstaculizar” el debate por su postura contraria al aborto y le reprochó específicamente haber dado intervención en la discusión al presidente de la comisión de Presupuesto, Esteban Bullrich, ferviente opositor a la norma avalada por la Cámara Baja.
La decisión de Michetti provocó apoyos y cuestionamientos, e incluso mostró la división que existe en el seno del PJ.
José Mayans, vicepresidente del bloque justicialista, apoyó el giro a las cuatro comisiones. “También en el tema tarifas fue enviado a varias comisiones y eso no impidió que tengamos despacho”, recordó Mayans. “Hay una división nuevamente transversal en el Senado, hay posiciones que son distintas en ambos bloques”, dijo.
En la vereda de enfrente, el presidente de la comisión de Justicia y Asuntos Penales, el peronista Pedro Guastavino, declaró que Michetti perfila “una actitud que busca entorpecer el tratamiento y la posibilidad de que rápidamente salga el dictamen”.
“No tiene sentido haber enviado a cuatro comisiones”, declaró Guastavino. “No sé qué hacen las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto dentro del giro que no fueron las que intervinieron en Diputados”, subrayó. Incluso advirtió que durante la sesión del miércoles en el Senado podrían proponer tratar el tema de los giros dispuestos por Michetti.
En respaldo de Michetti se pronunció la senadora por Salta, Cristina Fiore, quien calificó de “absurdo” pensar que “se intenta dilatar” la discusión. Otro de los senadores que rechazó las acusaciones de maniobras dilatorias fue Ernesto Martínez, del Frente Cívico de Córdoba. (Télam)