Por primera vez desde que fue detenido con bolsos repletos de dinero, el ex Secretario de Obras Públicas, el tucumano José López, habló del origen de los billetes del escándalo aunque evitó dar precisiones sobre la identidad de quienes -según él- eran los verdaderos propietarios de aquellos casi U$S 9 millones.
Durante su declaración de 45 minutos de ayer ante el tribunal oral que lo juzga por enriquecimiento ilícito, López dio su versión sobre lo que pasó la madrugada del 14/06/2016 cuando lo detuvieron con los bolsos con dinero que iba a dejar en un convento de monjas, y varias armas.
Arrancó diciendo que iba a declarar para demostrar que ni él ni nadie de su familia se enriqueció en los 12 años que estuvo al frente de la Secretaría. Y aclaró: “por el momento, y por cuestiones de seguridad”, solo respondería preguntas de su defensa.
“Cuando dije que es dinero de la política es porque así me lo indicaron. Era de personas vinculadas a la política de las cuales no puedo hablar. No es una persona, sino varias. No sé quiénes son todos y no quiero saberlo. No puedo explicar el contenido de los bolsos por el riesgo que corremos mi familia y yo”, detalló.
“La diligencia consistía en trasladar los bolsos al convento, que yo conocía, y a partir de allí se los iba a ir retirando”, explicó. “Mi intervención para el traslado fue forzada. El evidente interés de que me ocupara yo del tema es que ellos se sentían seguidos u observados y expuestos”.
Cuando su defensa le preguntó si podía precisar si el dinero era de “operadores políticos” o del sector privado, “personas físicas o jurídicas”, López no contestó. Es más, hubo un desencuentro con su abogada: la frenó y le dijo que no iba a contestar las preguntas que le tenía preparadas.
Y agregó un nuevo dato respecto de quienes participaron: “ese día me escoltaron tres personas, una en una moto, dos en un auto. No eran simples acompañantes. Son las que me entregaron el dinero que debía trasladar y me siguieron a modo de control. Por eso dejé el auto en marcha en el traslado del dinero”. Y justificó la portación de las armas: “no sabía que me iban a escoltar, por eso en la emergencia tomé el arma. Tenía miedo. Me usaron como chivo expiatorio, con una maniobra para poner la atención pública en otro lugar”.
En otro momento, remarcó: “lo que voy a explicar ahora es la verdad y, de lo que dije antes, solo es verdadero lo que voy a decir ante este tribunal. Lo que no está reiterado o dicho en esta declaración debe considerarse sin valor alguno”, apuntó.
Luego, en un intento por desligar a su familia de la causa, aclaró: “mi esposa siempre estuvo al margen de mi actuación laboral y política”. Se refería a María Amalia Díaz, procesada como partícipe necesario.
Hizo hincapié en la mansión de Dique Luján que habría adquirido a través de dos testaferros y es parte central de la causa por enriquecimiento ilícito: “no es parte de mi patrimonio y ni (Andrés) Galera, ni (Eduardo) Gutiérrez eran presta nombres míos”, sostuvo. Los empresarios de la construcción están también procesados por “simular ser los propietarios del inmueble y alquilárselo a López”. La mansión está valuada en U$S 680.000 y allí el tucumano habría guardado el dinero.