No tienen el protagonismo de los urbanos, pero les duele mucho a quienes los padecen. Los delitos rurales son motivo de preocupación de los productores agrícolas y de los propietarios de animales que suelen ser víctimas del cuatrerismo. Preocupada por estos actos delictivos, la Sociedad Rural de Tucumán (SRT) convocó a autoridades policiales y gubernamentales para elaborar planes de acción conjunta que combatan con eficacia a los amigos de lo ajeno.
Uno de los directivos de la entidad dijo que en otras provincias lograron reducir el delito apelando a un sistema de patrullas rurales y se refirió a la necesidad de especializar a la Policía.
Un productor y presidente de la Mesa de Lechería señaló que algunos asociados tuvieron problemas graves, incluyendo una muerte. Indicó que en la zona lechera de Trancas, se siembra maíz, y se sufren robos masivos de choclos. “El delito rural siempre está presente, lamentablemente, como el cuatrerismo, pero esos hechos son menos relevantes que en otras áreas productivas. Pero cuando nos roban un animal el daño es muy grande; no es una acción permanente, pero siempre está latente”, dijo. Indicó que se debería trazar un circuito de vigilancia policial especialmente durante las noches.
Una productora citrícola le comentó a nuestro Suplemento Rural que su sector es blanco frecuente del latrocinio, no solo les sustraen limones, sino también herramientas, postes, alambrados y plantines. Denunció que los limones que se venden a la par del Mercofrut y sobre la autopista, son robados, así como la fruta que se expende en los semáforos. “La situación es aún más grave con las frutas dulces y con la palta, por lo que hay menos productores... a nuestros vecinos les roban sus cabras, chanchos y potrillos, y nada cambió. Es una práctica generalizada, ya casi aceptada. A veces nos acobarda. Vamos a la comisaría, hablamos, denunciamos, y no pasa nada, y en nuestras denuncias dejamos identificados a quienes nos roban”, manifestó. Acotó que en Tafí Viejo hubo productores que fueron baleados. “Los serenos hacen un tiro al aire y los delincuentes retroceden. Por supuesto que no se va a herir ni a matar a nadie, pero todo esto sucede porque hay gente que roba, y también porque hay gente que compra lo robado. Y la Justicia se demora demasiado en actuar”, dijo.
En su opinión, falta voluntad política, desde el Gobierno para combatir con eficacia esta problemática. “Solo pedimos, que se respete la ley, que todos respetemos y cumplamos con la ley. No se puede vivir encerrado. Toda la sociedad paga altísimos impuestos, y ¿adónde van?, ¿dónde están? ¿Hay que andar armados, con guardaespaldas? No, de ninguna manera, no se puede vivir así”, afirmó.
Nos parece que el delito rural no es un tema menor. Si la fruta que se vende en la autopista, a la par del Mercofrut y en los semáforos, es robada, la Policía y la Justicia deberían investigar si se trata de pequeños robos furtivos o si hay por detrás de esta acción una organización que se dedica a comercializarla. El Estado ha mirado generalmente hacia otro lado respecto de la venta callejera y el origen de los productos. Si nadie comprara objetos de procedencia dudosa, esta práctica ilegal no existiría; al adquirir cualquiera de ellas siempre se está perjudicando a terceros. El Estado debe combatir siempre con firmeza el delito en todas sus facetas.