El director escénico Silvio Lang, reconocido a nivel nacional por sus performances artísticas de danza-teatro, especialmente por la puesta “Diarios del odio”, ofrecerá entre hoy y el domingo un taller y una conversación pública.
El seminario de actuación performática “Insurgencias afectivas” estará destinado a actores, actrices, bailarines/as y performers, y se desarrollará desde hoy hasta el domingo en la sala Paul Groussac (Alberdi 71), en el horario de 14 a 18. En la misma sala, mañana a las 19, tendrá lugar la conversación pública sobre “Cómo se compone y se dirige una máquina de guerra sensible”.
“Diarios del odio”, la obra que presentó Lang en 2017 en diferentes escenarios de Buenos Aires, está basada en un poemario que Roberto Jacoby y Syd Krochmalny elaboraron con comentarios de lectores de las ediciones digitales de Clarín y La Nación, durante el período 2008-2015 y que reaccionaban a políticas como los precios cuidados, los juicios a militares y la ley de identidad de género, entre otros temas.
Con el elenco de la Organización Grupal de Investigaciones Escénicas (Orgie), Lang realizó una performance que puso cuerpo a los textos. “Son la cloaca del lenguaje nacional: xenofóbica, clasista, misógina y homofóbica. Abrimos esa cloaca y la compartimos durante una hora y media”, describió el creador sobre su obra.
Movimientos masivos
En el espacio escénico, los cuerpos recrean los fenómenos de masas en movimiento en el espacio público: marchas, piquetes, saqueos, estampidas, linchamientos, represiones policiales, formaciones militares, éxodos y rituales. En otro plano, los enunciados vueltos poemas se resuelven en canciones pop de estilo ritual. En las tensiones y transacciones entre uno y otro plano se juegan los afectos de odio y de dicha de los cuerpos, tanto como la estrategia de poder de dominación de las masas para reprimir sus desbordes de igualdad, organización y liberación.
Respecto de “la máquina de guerra”, Lang explicó que es un concepto filosófico acuñado por Gilles Deleuze y Félix Guattari. Lo define como prácticas o modos de funcionamiento que todo el tiempo están desafiando y desarreglando el poder centralizador y las instituciones del Estado. “Estas máquinas o funcionamientos, pueden tener diferentes modos: artísticos, escriturarios, militantes, pedagógicos, etc. Son funcionamientos o prácticas que desarreglan los dispositivos de poder que pretenden unificar la multiplicidad de las formas de vida”, resumió.