Por Matías Rose
PARTA LA GACETA - BUENOS AIRES
Se acabó la espera para Juan José Campanella, quien regresó al cine con intérpretes de carne y hueso (elenco de lujo) luego de “Metegol” (2013), película de animación en 3D: “No trabajo con actores desde hace diez años, así que tomo este regreso con muchos nervios”, confiesa el director, quien había terminado la producción del film tres meses antes de su estreno, y por tal motivo la espera le resultó insoportable. “Es como el noveno mes de embarazo”, bromea en tono serio.
Sin embargo, podemos afirmar que “El cuento de las comadrejas” es, mejor dicho, una relectura de “Los muchachos de antes no usaban arsénico”, ya que presenta divergencias a la hora de contar el cuento de la diva retirada y los viejos asesinos. Campanella la define como una “remake libre, inspirada en esa obra, incluso con cambios consensuados con José (Martínez Suárez, director del film original)”.
Es interesante observar la lectura que se hace del cine a través del cine: una mirada en el espejo como un ejercicio de retroalimentación, o simplemente un gesto a modo de reverencia. Como reconocerá su autor: “Es absolutamente un homenaje al cine a varios niveles. No solamente por los personajes, que en esta trama son ‘gente de cine’ sino que además miran su vida como si fuera un guión. Entonces hay muchos meta-comentarios, es decir, comentarios sobre lo que está pasando desde el punto de vista de una película”.
Cuando el largometraje de José Martínez Suárez se estrenó en abril de 1976, la junta militar que tomó el gobierno llevaba apenas un mes en el poder, y tras la trágica historia de encierros y desaparecidos que luego sería develada, el público fue percibiendo un posible subtexto sobre la coyuntura de la época. La metáfora pondría en escena a estos tres ancianos que manejan a su antojo lo que pasa en la estancia, donde ya dos de sus esposas han desaparecido de manera sospechosa.
La historia de Mara Ordaz, la estrella de la era de oro del cine argentino encerrada en su casa con sus recuerdos, sus fragmentos de viejos films y tres hombres a los cuales detesta -el marido, el médico, el administrador-, adoptaba un tono en clave de humor negro. Se intentaba, en definitiva, interpretar el réquiem de un cadáver imaginario que no era otro que el del cine nacional en esa Argentina turbulenta, de censura en lo artístico y de utilización de los medios de comunicación en general para la construcción de un discurso oficial. En efecto, su relato está más emparentado con el dramatismo planteado en “Sunset Boulevard” (1950), de Billy Wilder, que con las vicisitudes reflejadas en “Sur” (1988) de Fernando “Pino” Solanas.
Encontrar la historia correcta
Si bien “EL cuento de las comadrejas” no tiene que ver, en esencia, con interpretaciones sobre las complejidades del tejido social, Campanella admite que la política en el cine o en la televisión no es un tema que le desagrade, pero que “hay que encontrar la historia correcta”. Considera que las repercusiones que pueden devenir de temas sensibles para la sociedad son potencialmente nocivas para el trabajo de un cineasta, y en ese sentido asegura que la crítica especializada puede dañar a una película.
“Hay ciertas obras que son impermeables a la crítica, generalmente las producciones más chicas; si tiene una mala crítica, la destruye”, manifiesta. Y añade: “Un film que tenga un poco más de armas y se pueda defender con el marketing, la crítica no le influye demasiado. Yo creo que sus columnas deberían ser solamente buenas, es decir, que escriban sobre cosas que a ellos les gusten; y a las cosas que no les gustan, dejar que el olvido se encargue de ellas. Lo más lindo es cuando la crítica ayuda a descubrir una película que no tiene sus propias armas. Hasta los críticos serían más felices también de esa manera”.
© LA GACETA
> El cuento de las comadrejas
Género: Comedia / Humor negro
Dirección: Juan José Campanella
Duración: 129 minutos
Sinopsis: Graciela Borges, Luis Brandoni, Marcos Mundstock, Oscar Martínez y Nicolás Francella protagonizan la nueva comedia de Campanella que relata la historia de una bella estrella de la época dorada del cine, un actor en el ocaso de su vida, un escritor cinematográfico frustrado y un viejo director hacen lo imposible por conservar el mundo que han creado en una vieja mansión ante la llegada de dos jóvenes que presentan una amenaza que lo puede poner todo en peligro.