DEBUT
• A las 22 en la sala Juan Tríbulo del teatro Alberdi (Jujuy 92).
“Alfonsina Storni siempre fue mi musa inspiradora; su presencia estuvo en mis obras de teatro aéreo. Al investigar sobre su vida y en esa búsqueda permanente de difundir su obra, decidí hacer esta obra”, afirma Onás Salto Leitón al ser consultado por el estreno de “Alfonsina”, obra de Darío Cortés, que será hoy en el teatro Alberdi.
La poetisa es interpretada por Sofía París, mientras que su madre es Manina Aguirre. “El original es un unipersonal, y yo decido desdoblar el personaje. Se resucita su figura, en un espacio que se va transformando constantemente: es un lugar de intimidad, con un interjuego entre locura y cordura, sueño y realidad. Están madre e hija mancomunadas, en común unión para hacer de la vida un lugar más habitable que las prepare para la muerte”, explica.
- ¿Cómo pensás a Alfonsina?
- Hay una aureola a su alrededor, aún sin conocer en profundidad su obra ni su vida. Tiene una cualidad de atemporalidad, representa la lucha de la mujer en el pasado pero también en este presente. Su transgresión permanente al espacio pensado como masculino a partir de su poesía tiene una aplicabilidad actual, donde escribir para una mujer es un acto revolucionario. Mantuvo una lucha inclaudicable toda su vida ante los mandatos sociales y familiares.
- ¿Tiene una categoría mítica?
- Su figura, su personalidad y su poesía superan ampliamente el mito, que siempre tiene una parte de sobrenatural. Es tan real en su autenticidad y su vida fue tan compleja, que no existe la heroína sino un posicionamiento identitario concreto a partir de la palabra. Su suicidio la desmitifica porque hasta en eso, decide ser ella misma desde lo racional ante el cáncer que padecía.
- ¿Cómo fue su rebeldía?
- Un aspecto de su subjetividad; sus actos y sus experiencias eran consecuentes con ella. Su poesía solo metaforizó esa característica. Su vida fue como su poesía: contradictoria, una botella al mar con miles de mensajes para las mujeres que vendrían. Se adelantó a las generaciones que hoy salen a la calle a reclamar derechos humanos, que fueron sostenidos como femeninos durante mucho tiempo.