Ni una ni dos. Tampoco tres. Son cuatro las finales que perdió Lionel Messi con la camiseta de la Selección. Las frustraciones se sumaron una tras otra a lo largo de su carrera pero no fueron capaces de agotar ese deseo de conseguir un título con el equipo nacional. “Quiero ganar algo con la Selección antes de terminar mi carrera”, repitió una y mil veces. A esa frase le agrega un detalle no menos importante: “Lo voy a intentar las veces que sea posible”. En Brasil, donde sufrió uno de los golpes más fuertes al perder la final del Mundial 2014 ante Alemania, tendrá la posibilidad de buscar revancha. Mañana arranca la Copa América, esa que se le escapó de las manos al caer en las otras tres finales, y el rosarino intentará romper esa cadena negativa que lo persigue desde hace años. Su obsesión es muy grande. Tan grande como su talento. Ese talento que ilusiona a un país futbolero con ansias de festejar otro título internacional, algo que se le niega desde hace 26 años.
A lo largo de su exitosa carrera, Messi obtuvo 36 títulos. Fue campeón con Barcelona en 34 ocasiones y sumó dos éxitos con Argentina: campeón del mundo Sub 20 (Holanda 2005) y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. La cuenta pendiente es con la mayor. Jugó cuatro mundiales (Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018) y cuatro veces estuvo presente en la América (Venezuela 2007, Argentina 2011, Chile 2015 y Centenario Estados Unidos 2016). Nunca faltó desde su primera convocatoria.
En el 50 por ciento de esas competencias Messi fue protagonista de la final, pero no pudo dar la vuelta olímpica. En Venezuela perdió el partido decisivo contra Brasil -3 a 0- y en las dos últimas ediciones fue derrotado por Chile, en ambas ocasiones en la definición con remates desde el punto del penal después de igualar 0 a 0. A esas caídas hay que sumarle la que sufrió ante Alemania (1 a 0) en el Mundial de Brasil.
Según la revista Forbes, Messi es el deportista mejor pago del mundo. Un informe sostiene que en el último año tuvo ingresos por 127 millones de dólares y se ubica por encima de Cristiano Ronaldo, Neymar, Canelo Alvarez y Roger Federer, entre otros. Sin embargo, como dice la publicidad de una tarjeta de crédito, hay cosas que el dinero no puede comprar y capitán argentino lo sabe mejor que nadie.
Renovación y cambio
Luego de la eliminación sufrida en el Mundial de Rusia 2018, en octavos de final ante Francia, Messi se tomó un breve descanso y regresó a la Selección para jugar la Copa América. El capitán argentino lidera un grupo renovado, con varios debutantes en competencias internacionales y sin algunos históricos que lo acompañaron procesos anteriores. “Veo un grupo unido, con ilusión y ganas de conseguir el título”, comentó en las instancias previas al debut. ¿Podrá este equipo sepultar los fantasmas que lo persiguen desde 1993, cuando ganó su último título importante de la mano de Alfio Basile en el torneo sudamericano que se disputó en Ecuador?
Messi no llega en su mejor momento. Si bien conquistó una vez más la Liga de España con Barcelona, el equipo catalán sufrió dos derrotas que provocaron desilusión en sus seguidores. La eliminación en la Liga de Campeones ante Liverpool, después de ganar el primer duelo de local 3 a 0 y perder la revancha 4 a 0, fue un duro golpe, especialmente para el rosarino que en su rol de capitán y líder del equipo había prometido en el comienzo de la temporada volver a reinar en Europa. El equipo quedó sentido y cerró la temporada en la lona. Valencia le ganó la final de la Copa del Rey (2 a 1) y nadie se salvó de las críticas.
Messi tendrá la chance de cerrar una temporada con demasiadas sombras. Incluso es una buena ocasión para pisar el acelerador en la recta final que conduce al Balón de Oro, aunque a esta altura de su carrera, los logros personales no encabezan la lista de prioridades. “Lío” tiene una obsesión: salir campeón con la Selección mayor. A punto de cumplir 32 años, sabe que en Brasil tendrá tal vez la última oportunidad de levantar la Copa América. Y no quiere fallar.