HOY • A las 22.
MAÑANA • A las 21. En el teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez). Entradas 2 x 1 con Club LA GACETA.
La fascinación del escritor sudafricano Ronald Harwood por el escenario y los artistas es recurrente en su prolífica obra. Sobre todo en “El vestidor”, que triunfó en el Broadway de los 80 y se ha convertido en un clásico. Hoy y mañana sube a escena, en el teatro Alberdi, la última versión argentina, dirigida por la prestigiosa Corina Fiorillo.
Las críticas la exaltan debido sobre todo al elenco que encabezan Arturo Puig y Jorge Marrale, junto a Gaby Ferrero, Ana Padilla y Belén Brito. Los actores compartieron hace tiempo pantalla de TV y escenario teatral con éxito en “Nuestras mujeres”. Hablaron con LA GACETA -y sorprendieron- al asumir este trabajo como uno de los mejores en sus carreras.
Norman
Puig personifica a Norman, el asistente del actor en la ficción. “Esta obra no se puede hacer si no es con un colega con quien te lleves muy muy bien. Es un duelo artístico donde los dos personajes pasan por momentos muy distintos, dramáticos, de comedia, sentimentales, con mucha letra muy difícil, con muchos movimientos. Esta es la versión original de la obra teatral y la hacemos con todo el amor y la fuerza que le ponemos a la obra desde hace un año y pico”.
“Mi personaje tiene muchas facetas, en el sentido de que posee un pasado muy oscuro del que no cuenta demasiado, pero como él dice: ‘he estado encerrado en un lugar para gente no muy equilibrada’. Y para él, el teatro es su refugio. Es el único lugar donde está bien, donde sabe hace de todo muy bien, y tiene devoción por este actor al cual atiende, maquilla, le dice la letra, lo impulsa para que salga a escena y haga la obra; nunca suspendieron una función cuando está él. Tiene todo eso, además de que a veces es sometido por el actor, y a veces él se venga de varias maneras. Es un personaje fantástico y es uno de los mejores que he interpretado en mi carrera”, afirma.
Bonzo
Marrale interpreta a Bonzo: “esta es una obra emblemática y con muchas posibilidades. A lo largo de tantas funciones siempre encontramos algo nuevo, que provoca en el público algo muy rico y emotivo. Lo que más genera es emoción, porque se conecta mucho en el vínculo de este vestidor, con este actor que está en una etapa compleja de su vida, en un momento trascendental, pero en un estado casi caótico de su existencia. Además ocurre durante la II Guerra Mundial, en medio de los bombardeos, y es muy significativo el efecto del teatro a pesar de todo. Son tantos los aditamentos que tiene la pieza que desde el punto de vista de la dramaturgia se diría que es perfecta”.
“Mi personaje es un actor -explica-. Uno desde el punto de vista de la conciencia en la concepción del rol ha tenido que pasar por una serie de lugares propios que hacen a la construcción del personaje. Pero es evidente que estás haciendo lo que es tu oficio, y lo estás haciendo de una manera que no podés ser observador; tenés que ser partícipe directo y poner el cuerpo, con lo cual es un ejercicio de identidad muy fuerte con el rol y muy placentero. Me ha permitido encarar este rol de mucho desafío, pero al mismo tiempo muy revelador del oficio, y de lo que es toda la fantasmagoría que nos rodea como actores -el escenario, las luces, los desencuentros, el olvido, la posibilidad de ser recordado-; en fin, toca todo el espinel del actor y a mí me glorifica”.
“Antes de entrar a escena hay un introito de Norman con Gaby (mi esposa en la ficción). Yo escucho ese texto mientras me preparo para entrar. Hay una especie de tránsito energético entre bambalinas que todas las noches tiene un valor distinto -revela-. Soy un amante de aprender todo el tiempo, y para mí es un aprendizaje, a esta altura de mi vida, revelador”.
> De qué se trata la obra
“El vestidor” indaga de un modo profundamente humano en el pequeño universo de un elenco teatral que está de gira en Inglaterra en medio de la II Guerra Mundial. Retrata las relaciones entre los miembros de un compañía shakesperiana, en particular la que mantienen el protagonista, un consagrado actor inglés, con su fiel vestidor, Norman.