PRESENTACIÓN
• A las 20 en la librería El Griego (Mendoza 285).
Rafael Nofal pasa del escenario al papel. Tres obras estrenadas del dramaturgo confluyen en “De mitos y olvidos”, el libro que se presentará hoy El Griego. “Los mitos son los miedos y los dolores colectivos sublimados. Los olvidos son la lucha por ocultar eso que nos aterroriza o nos duele. Siempre están juntos en nuestra sociedad, que es rica en temores y ocultamientos. Quizás publicar y estrenar sea una pretenciosa y vana forma de desocultar y mantener viva la memoria”, le confiesa a LA GACETA.
“Y un día su olor cambió”, “Mariposas después de la lluvia” y “La tailandesa” están reunidas , con el prólogo de Jorge Dubatti y estudios preliminares de Valeria Mozzoni, quien hablará en la presentación junto a Beatriz Lábatte. Además habrá una breve representación de algunas escenas.
“Publicar estos textos tiene como punto de partida el amor por el libro como objeto e implica un acto de resistencia ante una apabullante invasión tecnológica. Leer en papel implica un acto de comunión profunda con el objeto libro que no se da cuando lees en la pantalla”, señala el autor.
El mayor desafío de abordar un texto dramático es entrar en un código especial, dado que fue escrito para ser actuado. Por ello, según Nofal, “el lector es un lector-espectador”. “Estas obras tienen muy pocas didascalias (sugerencias o comentarios del dramaturgo sobre cómo debería ser un montaje), precisamente porque creo que el que las lea irá construyendo en su cabeza todo lo que al texto le falta y eso es único, pertenece solo a ese lector activo que le aporta su emoción y sensibilidad; en definitiva, hace su propia puesta en escena”, señala.
El escritor y director teatral reconoce que sus ideas abordan dos ejes: el de los mitos clásicos y un Tucumán como un espacio mítico habitado por personajes trágicos. “Se cruzan con nosotros por las calles pero les prestamos muy poca atención. Nuestra Ítaca está aquí a la vuelta y las Medeas andan por los barrios. La tucumanidad no está solo en hablar el tucumano básico sino en ese denso ‘no dicho’ al que debiéramos agregar el ‘no mirado’ y ‘no escuchado’ que nos convierte en una sociedad ocultadora de nuestros dolores mas profundos. Los desaparecidos y los muertos de la dictadura militar están presentes en mi historia personal y en cada rincón de la provincia y nos acompañan siempre. Pisamos veredas con baldosas que dicen ‘En esta casa vivió...’ o ‘Aquí fueron asesinados...’. Las pisadas las van gastando, pero no quiero que esas imágenes se borren lentamente de mi memoria individual ni de la colectiva”, resalta.
Entre las nuevas deudas de Nofal está el animarse a dirigir un texto propio. “Los directores tienen que tener una lectura distanciada y crítica que me costaría. Espero que quienes asuman mis obras hagan lo que quieran. Tus textos, como tus hijos, dejan de ser tuyos y crecen solos a veces en buenas compañías y otras veces en no tan buenas, pero ya no lo podés manejar. Todo hecho artístico parte de la conmoción y de la reflexión que te ha provocado; se puede transformar en una escultura como el homenaje al sandwich de milanesa de Sandro Pereyra, un cuadro como ‘Retrato familiar’ de Cecilia Villafuerte o una obra de teatro”, concluye.