“Fueron 15 días muy intensos en los que vivimos de todo. Fue una experiencia distinta porque estuvimos en una especie de infierno. Ahí descubrimos lo que realmente es un barrio conflictivo”, aseguró el comisario Jorge Dib, ahora jefe de la Brigada Capital que participó en el operativo que se realizó para detener a los integrantes de La Banda del Chicle.
Él, como oficial subayudante e integrante de la sección Robos y Hurtos, con otros tres compañeros se infiltró en Fuerte Apache en junio de 2000. “Alquilamos un departamento y nos hicimos pasar por asaltantes tucumanos. Obviamente que al ser desconocidos llamábamos la atención. De a poco fuimos ganando confianza entre algunos habitantes, pero no fue sencillo”, explicó.
Dib relató que, como la mayoría de los jóvenes del barrio, se la pasaban haciendo nada y mirando los movimientos de los sospechosos. “A la noche se arrimaban algunos y nos sacaban datos. Después comenzaron a charlar más y, cuando ya habíamos ganado confianza, hasta nos invitaban a tomar cocaína. Al principio lográbamos zafar y cuando ya se estaban poniendo pesados con el tema, se hizo el operativo, por lo que nunca tuvimos que consumir”, explicó.
La serie de Tevez revive a la banda que asaltaba en TucumánEl comisario destacó que quedaron helados cuando llegaron a Fuerte Apache. “Lo primero que hicimos fue descubrir a la comisaría llena de tiros y ver que los policías estaban todo el día con los chalecos antibalas puestos y, cuando salían de la dependencia, usaban otro arriba de la cabeza porque si no les disparaban, les tiraban con algo”, detalló.
“Después -agregó- al entrar al departamento, nos encontramos con que en el piso y en el techo había agujeros con escaleras. Ese era la manera que tenía de escaparse cada vez que venían a buscarlo. Entre los cuatro nos preguntábamos dónde nos habíamos metido”, explicó la entrevista con LA GACETA.
Dib dijo que el trabajo con la policía de Buenos Aires fue muy bien coordinado. “No podía creer lo que sucedía antes de que se realizara el operativo para detener a los sospechosos. Había como 80 patrulleros ( más de los que existían en esos momentos en la Unidad Regional Capital), el Grupo Halcón y hasta un helicóptero. Fue algo muy grande. Pero cuando los detuvimos y observamos que se les habían secuestrado hasta granadas, terminamos de comprender dónde nos habíamos metido”, concluyó.