El Gobierno del primer ministro Boris Johnson desafió ayer a los opositores de Brexit en el Parlamento a tumbar al gobierno o cambiar la ley si quieren frustrar la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Más de tres años después del referéndum del Brexit, el Reino Unido se encuentra sumergido en su crisis constitucional más grave en décadas y se dirige hacia una escisión radical de la UE en tan sólo 63 días.
En su paso más atrevido desde que se convirtió en primer ministro el mes pasado, Johnson enfureció a los opositores de un Brexit sin acuerdo el miércoles al ordenar la suspensión del Parlamento durante casi un mes.
El presidente de la cámara baja del Parlamento, John Bercow, dijo que la táctica de Johnson era un escándalo constitucional ya que limitaba el tiempo que el principal pilar de la democracia inglesa, de 800 años de antigüedad, tiene para debatir y moldear el curso de la historia británica.
Sin embargo, Jacob Rees-Mogg, un partidario del Brexit que está a cargo de la gestión de los asuntos del Gobierno en el Parlamento, animó a los opositores a hacer lo que consideraran adecuado.
“Todas estas personas que lloran y rechinan los dientes saben que hay dos maneras de hacer lo que quieren hacer”, dijo Rees-Mogg a la BBC. “Una es cambiar el Gobierno y la otra es cambiar la ley. Si hacen cualquiera de esas dos cosas, tendrá un efecto”. “Si no tienen el coraje o la iniciativa para hacerlo, nos iremos el 31 de octubre de acuerdo con el resultado del referéndum”, enfatizó.
La decisión de Johnson de suspender el Parlamento durante más tiempo del habitual en uno de los momentos más cruciales de la historia reciente británica fue aplaudida por el presidente de EEUU, Donald Trump, pero provocó las críticas de algunos parlamentarios británicos y de los medios de comunicación.
Ruth Davidson renunció como líder del Partido Conservador en Escocia diciendo que ya no podía compaginar las exigencias de ser madre con el Brexit. “He intentado trazar un rumbo para nuestro partido que reconozca y respete el resultado del referéndum, buscando al mismo tiempo maximizar las oportunidades y mitigar los riesgos para las principales empresas y sectores escoceses”, dijo.
Tras años de arduas negociaciones y una serie de crisis políticas desde que el Reino Unido votó salir de la UE en el referéndum de 2016 -con el 52% a favor y el 48% en contra-, el Brexit sigue en el aire. Las opciones van desde un agrio divorcio el 31 de octubre y unas elecciones hasta una salida amistosa o incluso otro referéndum. (Reuters)