Conviven desde hace mucho tiempo. El dúo ha provocado no solo incidentes, sino también desgracias. El fútbol y la violencia siempre son noticia. El domingo, barrabravas de River fueron detenidos cuando se preparaban para atacar a otra hinchada del mismo club en el partido que el “Millonario” debía jugar con Vélez Sarsfield y que finalmente perdió.

La Policía efectuó 28 allanamientos en la zona sur de la provincia de Buenos Aires y arrestó a 10 miembros de “Los Borrachos del Tablón”, acusados de amenazar al presidente River. La Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte (Aprevide) informó que entre los detenidos se hallaba uno de los cabecillas de la barra, “El Gordo Ale” y su hijo “El Brian”, quienes el miércoles pasado participaron de los incidentes en el estadio de Lanús, donde el equipo de Núñez jugó con Godoy Cruz por la Copa Argentina.

Los “barras” tenían en su poder 13 armas de fuego (una de ellas con el grabado de la Policía Federal Argentina) y 123 cartuchos de diversos calibres. Les hallaron además 25 envoltorios de cocaína y cuatro de marihuana, una balanza de precisión y cuatro teléfonos móviles, entre otras cosas.

La Policía bonaerense informó que los detenidos acopiaban las armas de fuego para atacar a “La barra del Oeste” en la previa del encuentro por la séptima fecha de la Superliga.

El miércoles 18 de septiembre, 51 barrabravas de River de la facción Budge fueron arrestados cerca del estadio de Lanús, donde el Millonario enfrentó a Godoy Cruz por la Copa Argentina. A 25 de los arrestados que tenían derecho de admisión, les secuestraron armas de fuego: un revólver calibre 44, dos pistolas, una pistola 9 milímetros con la numeración suprimida y calibre 380, además de proyectiles. Los “barras” quedaron alojados en la comisaría segunda de Lanús.

En noviembre pasado, la cancha de All Boys fue clausurada por tiempo indeterminado, como consecuencia de los incidentes que protagonizaron 30 barrabravas después del partido contra Atlanta. Resultaron lesionados 16 policías y hubo tres detenidos. En los primeros días de ese mes, un muchacho de 20 años murió al recibir una pedrada en la cabeza durante un enfrentamiento entre facciones de la barra brava de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, luego del partido ante Deportivo Morón.

Los barrabravas no existen por generación espontánea, sino porque probablemente un sector de la dirigencia deportiva o política o de la Policía y la Justicia los protege. De otro modo, no se entendería que estos delincuentes siguiesen provocando hechos violentos y hasta muertes, cuando seguramente sus caras son conocidas por dirigentes, policías y magistrados.

En menos de una semana, a los “barras” de River les secuestraron dos veces armas, antes de que pudiesen lograr su cometido. Es un hecho muy grave la presencia de estas bandas armadas en el fútbol. Afortunadamente, en esta ocasión la acción policial logró abortar las intenciones de estos delincuentes, que además amenazaron al presidente de la institución. ¿Quién les provee las armas? ¿Son robadas? ¿Por qué nunca se llega fondo de este asunto que empaña al deporte? Si estos hechos no se investigan a fondo con el objetivo final de desarticular a estos grupos que tanto mal le hacen al fútbol y a la seguridad de quienes pagan una entrada para ver a su equipo favorito, se estará lejos de erradicar a estos delincuentes de los estadios.