Roberto Lavagna advirtió que sin una economía en crecimiento, es imposible mejorar la producción, el empleo y la infraestructura.
"Es bueno ser muy sincero, ninguno de estos tópicos tiene solución en el marco de una economía que lleva ocho años estancada. Solo en una economía en marcha es posible hablar de empleo, producción e infraestructura. El desafío que planteamos es el de generar dos millones de puestos de trabajo en cuatro años", planteó. "Es posible con políticas específicas para la pequeña y mediana empresa", prometió.
Según Alberto Fernández, Argentina tiene la tasa de desempleo más alta de los últimos 13 años. "Es lógico: tenemos un presidente que considera que el trabajo es un costo, no le preocupa mucho. Cerró el Ministerio y ha dejado que el desempleo ocurra. Siempre pensó que los desempleados no puedan reconvertirse en emprendedores, como los monotributistas que se suben a una bicicleta a repartir pizzas. El presidente 'uberizó' la economía argentina. Un sistema por el cual el empleador se quita obligaciones y el que trabaja pierde derechos", arremetió. "Se cerraron 43 Pymes por día. Para que el trabajo vuelva vamos a poner en marcha las pymes", amplió.
Mauricio Macri, en tanto, aseguró que se tiene que seguir trabajando en generación de empleo, pero que durante su mandato "se generó más de un millón de puestos de trabajo". "Muchos informales, pero la tarea es seguir invirtiendo para que pasen al mercado formal", detalló.
En cuanto a la infraestructura, no dudó en pegarle al kirchnerismo: "se robaban la plata de las obras, y no lo digo sólo yo, lo dicen los jueces que condenaron a José López".
Y apuntó contra la política energética del kirchnerismo. "Fue la peor de la historia", planteó. "No vio lo que pasaba en familia, subió las tarifas para que la gente no pueda pagarlas", le replicó luego Fernández.
Juan José Gómez Centurión cuestionó la dimensión del estado, y la empleomanía. "Hay quienes santifican al mercado y quienes santifican al Estado. Quienes trabajan y producen financian a burócratas del Estado. Con esto disfrazan la pobreza que genera. Hay que terminar con esa costumbre de disfrazar la desocupación con planes. Queremos incorporar más de un millón de empleados al mercado laboral, priorizando el empleo joven y las pasantías", prometió.
El foco en la obra pública debe estar puesto en la producción y en la exportación, según consideró.
José Luis Espert, de Unite por la Libertad y la Dignidad, apuntó contra los gremialistas. "Las leyes laborales de Argentina no han servido para mejorar la situación de los trabajadores. Los sindicalistas se han convertido en una cofradía feudal. Son corruptos y delincuentes", aseveró. "Tenemos que terminar con esta idea absurda de que el sindicato con mayor representatividad sea el único", cuestionó.
Nicolás del Caño apuntó contra Macri. "Cada vez que lo escucho a Macri confirmo que nunca va a saber lo que sufre una familia sin empleo. Nos deja más de dos millones de desocupados a pocos días de terminar su gobierno y siguen con las mismas recetas de las grandes patronales. Lo vimos con el intento de reforma laboral que no consiguieron porque la gente se opuso. Ahora quieren hacer convenios sector por sector, es para quitar derechos, no por la tecnología, no nos vengan con eso. Es lo que ya están haciendo entre Macri y sus aliados, la dirigencia sindical vendida. Y también lo van a hacer con un eventual gobierno de Fernández", sostuvo.