“El tipo puede cambiar cualquier cosa: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay algo que no puede cambiar: de pasión”. Esas palabras decoraban una escena de una de las grandes películas que dio el cine argentino en los últimos años y bien pueden servir para enmarcar la carrera de Juan Mercier.
A los 39 años, “Pichi” sigue demostrando un hambre voraz y un amor propio envidiable. Eso solamente puede generarlo la pasión que siente por el fútbol, con el que siempre soñó, por el que luchó muchísimo y con el que supo tocar el cielo con las manos, luego de haber remado en un océano de dulce de leche.
Su objetivo, o mejor dicho su anhelo, siempre fue vivir del fútbol. Pero nada fue fácil en su vida. Tras haberse iniciado futbolísticamente como delantero en Campana Juniors, un equipo de su ciudad natal, llegó a las inferiores de Villa Dálmine. Pero cuando parecía que su carrera podía comenzar a encaminarse, cambió la pelota por el fratacho; la habilidad con los pies por la fuerza de brazos.
A finales de la década del ‘90, con un enorme dolor en el alma, se alejó de las canchas. “Lo que ganaba jugando no alcanzaba y como tenía una familia que mantener, comencé a trabajar de albañil. No tenía idea de ese trabajo, pero necesitaba el dinero”, declaró hace algunos años durante una entrevista en que repasaba sus inicios.
Parecía que el fútbol iba a quedar como un recuerdo efímero, pero la vida le tenía preparada una enorme y grata sorpresa. Estaba retirado pero desde Flandria lo incentivaron a retomar su carrera. “Pichi” no dudó ni un instante y de ahí todo fue en ascenso; justo esa palabra que resume parte de su espíritu. Sabe lo que es caminar esas canchas despeinadas antes de triunfar en el fútbol grande. Y hoy, pese a haber llegado a lo más alto, no baja la guardia.
Actualmente, aspira a colaborar para que San Martín retorne a la Superliga; y lo hace con todas sus fuerzas. Llegó a los 600 partidos y va por más. Sí; “Pichi”, el luchador incansable e inoxidable.
Un repaso por su carrera
Su primer club: a los 20 años, Mercier debutó en Flandria, jugando la B Metropolitana, el 7 de octubre de 2000. Jugaba casi por amor al fútbol; “ganaba $330 y no alcanzaba. Viajaba casi 50 kilómetros a dedo para ir a entrenar”, declaró.
Un “Gallito”: de Jáuregui se fue a Morón y fichó para el Deportivo. Allí también disputó la B Metro y entre 2002 y 2004 defendió la camiseta del “Gallo” en 78 juegos y marcó cuatro tantos. Eso le permitió conseguir el primer traspaso en su carrera deportiva.
Más crecimiento: Tristán Suárez lo fichó para disputar la temporada 2004/05 y su nivel fue casi perfecto. Con el “Lechero” jugó los 38 partidos de la temporada, marcó tres tantos y fue uno de los mejores jugadores de aquella temporada.
La primera alegría: en 2005 Platense lo contrató con el fin de volver a la B Nacional. Y no defraudó: con él como estandarte, el “Calamar” logró el ascenso en esa temporada. Su primer juego en la BN fue contra San Martín, en Vicente López.
El gran salto: en 2007, Caruso Lombardi se lo llevó a Argentinos; club en el que tuvo un gran paso. Se afianzó en Primera, disputó copas internacionales y salió Campeón del Clausura 2010. Anotó el primer gol, el día de la consagración, con Huracán.
De Selección: debutó con la camiseta argentina en enero de 2008, durante un amistoso ante Costa Rica, duelo que arrancó como titular. Además de ese juego, disputó dos partidos más con la selección nacional. Fue dirigido por Maradona.
Con el “10” de DT: tras seis meses en Arabia fue transferido Al-Wasl de Emiratos Árabes Unidos. Allí fue dirigido por Diego Maradona. “Estaba por comer cuando me llegó un audio de él. Me quedé sin apetito, no podía creerlo”, contó.
En Arabia: en julio del 2011 y gracias al enorme desempeño con el “Bicho”, captó la atención de los “jeques”. Fue transferido por 1 millón de dólares, al Al-Nassr de Arabia Saudita. En ese club, solamente disputó 10 partidos.
Su mejor momento: en 2012 llegó a San Lorenzo, donde se transformó en amo y señor del mediocampo. Fue pilar importante del “Cuervo” durante los títulos (Inicial 2013 y Libertadores 2014). En 2018 dejó el club, pero los hinchas lo siguen extrañando.
El mejor rival: hace un tiempo declaró que el mejor rival al que enfrentó fue Cristiano Ronaldo, en la final del Mundial de Clubes 2014. También contó curiosidades de ese duelo. “Fue increíble el perfume que tenía. Olía realmente muy bien”, dijo.
“Decano”: en junio de 2018 llegó a Atlético. Fue titular en casi todos los partidos de la temporada y pilar del equipo que logró un histórico quinto puesto. Colaboró para que el “Decano” llegara a cuartos de final de la Libertadores.
Todo un “Santo”: cómodo en Tucumán, se cruzó de vereda y llegó a San Martín. En esta temporada es una pieza clave del equipo de Orsi y Gómez. Tiene asistencia perfecta y pese a su edad no para de correr. Es experiencia al servicio del equipo.