Más de una semana transcurrió desde que se filtró el polémico audio atribuido al intendente de Tafí del Valle, Francisco Caliva, y ¿qué pasó? No demasiado. Al margen de algunos cuestionamientos y denuncias, no hubo nada concreto. Ni siquiera el propio Caliva salió a dar explicaciones o, en su defecto, a desmentir que esa voz sea la suya. En ese audio de WhatsApp, que dura más de media hora, se menciona una decena de presuntas irregularidades referidas a bienes públicos, desde cargos en la Legislatura y en el Concejo Deliberante de esa localidad, pasando por dinero en efectivo, hasta la supuesta asignación de obras públicas a cargo del municipio. Todo en el contexto de una supuesta negociación para la división de los cargos de conducción de la mesa del Concejo Deliberante.

La conversación telefónica es -supuestamente- entre el intendente y el concejal Juan Carlos Rivadeneira, a quien el primero intenta convencer de que vote a favor de una mesa de conducción oficialista en el cuerpo deliberativo. Incluso menciona el supuesto acuerdo entre el peronismo y Ricardo Bussi para definir las autoridades de la Legislatura, del Concejo Deliberante de la capital y de Las Talitas.

Consultado por este diario, el intendente tafinisto se limitó a responder que no haría declaraciones al respecto. La máxima autoridad de la provincia también se llamó a silencio y evitó referirse al tema. En cuanto al vicegobernador, Osvaldo Jaldo, quien aparece en esa grabación como el impulsor de esta presunta compra de voluntades, negó rotundamente que haya hecho tal ofrecimiento. Si bien a partir de la difusión del caso se produjeron distintas repercusiones institucionales, como el planteo de una cuestión de privilegio de parte de una concejal opositora y pedidos de explicaciones desde la Legislatura, no hubo mayores reacciones.

Llama la atención la escasa cantidad de comunicados de quienes ejercen la política que llegaron a LA GACETA para pronunciarse al respecto. Y también sorprende que ningún fiscal haya actuado de oficio ante la presunta comisión de un delito, teniendo en cuenta que se involucran dineros públicos para fines espurios. Esta situación poco transparente que queda evidenciada en el audio deja al descubierto también la ausencia de normas relativas al manejo de los bienes públicos, lo que abre -como consecuencia- la oportunidad de que se produzcan presuntos manejos oscuros de los fondos estatales.

Surge la duda, además, de cómo se negocian entre las distintas fuerzas políticas los cargos de conducción de los cuerpos deliberativos, que son clave para las gestiones de los intendentes. La Provincia, a contramano de lo que sucede a nivel nacional, no cuenta con leyes de Ética Pública ni de Acceso a la Información Pública. Estas herramientas, aunque no garantizan la erradicación de las maniobras irregulares ni de los hechos de corrupción, sí pueden dar lugar a un control ciudadano más directo. Pero ni siquiera ante semejante revelación –en caso de ser cierto que la voz que se escucha pertenece a Caliva- se ha planteado esta falta.

Como si todo eso fuera poco, días después se filtró otro audio que tiene al intendente tafinisto como protagonista. “Hoy en día toda la gente de Tafí del Valle quiere entrar (a trabajar) al municipio. Saben cuánto está cobrando cada uno. Por eso les pido a ustedes que juntos transformemos a este Tafí”, comienza diciendo. Fue cuando tomó el mando del municipio y, al presentarse ante los empleados, les pidió que “sean respetuosos del trabajo” y les advirtió: “los lunes, sabemos, pueden llegar ‘quemaos’ pero ‘machaos’ no queremos a ninguno”.