Los Concejos Deliberantes son ámbitos políticos, de discusión, de debate, de tensión, pero fundamentalmente de atención de los problemas que involucran al municipio y sobre todo a la comunidad. Son la caja de resonancia de lo que acontece en una ciudad y allí se definen las acciones para satisfacer las necesidades de los vecinos. Sin embargo, en los últimos años las imágenes que mostraron distintos cuerpos legisferantes de Tucumán fueron de discordia, desencuentros profundos y hasta de violencia.
Específicamente en San Miguel de Tucumán, los concejales que terminaron recientemente su gestión protagonizaron desde escándalos en la vía pública hasta golpes de puño en pleno recinto. Uno de los últimos fue el del hombre de Cambiemos, Agustín Romano Norri, que fue acusado de haber intentado ingresar al departamento de un vecino del edificio en el que vive. Se hizo la denuncia policial y el entonces comisario de la Guardia Urbana Salvador Vanegas afirmó que se había tratado de un malentendido y que no habían detenido al edil, que negó rotundamente que haya habido algún problema en el edificio. A ese percance se suman al menos otro cinco anteriores que protagonizaron miembros del cuerpo de la capital. En julio de 2016, en ese entonces el titular del Concejo Deliberante, Javier Aybar, fue fotografiado dormido al volante tras un choque en Plazoleta Mitre. En febrero de 2017, trascendió una denuncia de una moza de un bar contra Romano Norri por supuesto acoso sexual. La denuncia no fue ratificada. En julio de 2017, trascendió la queja de un joven de 25 años,J.L.L, contra el peronista Alejandro Figueroa: dijo que lo atacó sexualmente en su despacho. La denuncia, de 2016, no fue ratificada. En julio de 2017 se divulgó un audio de una conversación privada en el que Romano Norri agraviaba a Eva Duarte. Fue sancionado y donó dos sueldos a una fundación. En marzo de 2018, Dante Loza (PJ) y Rodolfo “Johny” Ávila se trenzaron a golpes en plena sesión. El incidente fue filmado. No hubo sanción.
El tiempo de este grupo de ediles terminó con el recambio de autoridades, pero en la actual conformación parece que los problemas continuarán.
Ni bien asumieron los nuevos ediles, el debate por la conformación de la mesa de conducción del Concejo culminó con denuncias de traiciones y pactos entre los peronistas que responden a la Casa de Gobierno y Fuerza Republicana. A la postre, los ediles que responden al intendente Germán Alfaro se retiraron de la sesión, en medio de gritos y acusaciones. Esta semana, el conflicto entre opositores y seguidores de Alfaro tuvo otro capítulo: la falta de acuerdo para la conformación de las comisiones de trabajo llevó a que dos de las ocho no pudieran aún completarse. Los oficialistas piden más y mejores lugares, y los opositores aseveran que no les corresponden porque ellos poseen mayor representatividad en el cuerpo.
A poco más de un mes de asumir, los problemas internos fueron noticia en el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán. No los proyectos, las ideas o la búsqueda de soluciones para los vecinos. Si la tónica del cuerpo se mantiene, los que sufren son los ciudadanos. Sería deseable que la armonía y el debate político con mayúsculas sean las metas de los concejales para que la capital tucumana comience a recuperar el brillo pleno que supo tener en otras épocas.