María Eugenia Villalonga

PARA LA GACETA - BUENOS AIRES

Para Eduardo Belgrano Rawson, las causas de la vigencia de No se turbe vuestro corazón tendrían que ver con la identidad violenta de la Argentina. “El nuestro es un país absolutamente conservador y las prácticas de la política más rancia y caudillista hoy se siguen ejerciendo. Los personajes, si bien están acentuados, son reconocibles en más de un gobernador, jefe de policía o juez”, sostiene, aunque asegura que la novela está escrita desde la acumulación de experiencias personales, “en un lugar de la Argentina que puede estar entre San Luis y Salta, con gente de a caballo, pero yo no me ato demasiado a la realidad que siempre conspira contra la calidad literaria. Yo me zambullo en los hechos y después trato de olvidarlos completamente. La Historia quedó en un segundo plano y lo que yo me propuse fue hacer una reconstrucción cuasi poética de un escenario que transité mucho. Por eso creo que la vinculación que han hecho de mis libros con la novela histórica es errónea. Mi lema es no confiar tanto en los hechos sino en mi instinto.” Otra de las causas, quizás, por la que no haya perdido vigencia.

La novela, que por muchos motivos (su temática, la época histórica en la que se desarrollan los hechos: el siglo XIX) podría inscribírsela dentro de la línea de la literatura argentina que tematizó la ecuación civilización-barbarie, le da una vuelta de tuerca y pone la barbarie del lado de las fuerzas armadas, donde el ejército libertador es el ejército invasor y depredador, presagiando lo que vendría muy poco después, la dictadura cívico-militar.

Y No se turbe… son las memorias de Evaristo Pedregosa, el hijo de un caudillo radical que llegó a la gobernación gracias al fraude y la persecución de opositores, pero el protagonista es su primo, Adrián Mondragón, soldado de las interminables guerras civiles, quien además es el ganador en el triángulo amoroso que forman con su prima Isabel.

Relato de un mundo oral entrañablemente conocido, pasa de la ternura a la crueldad, del humor a lo sangriento, de la travesura infantil al asesinato, dominado por un tono de melancólico lirismo que remite a esa línea de la literatura argentina política inaugurada por Esteban Echeverría, donde lo público y lo privado confluyen admirablemente.

Alejado de la literatura, Belgrano Rawson se dedica al cine desde hace ya cuatro años. Dos docuficciones suyas se presentan a fines de noviembre en el Festival “Basado en Hechos Reales”. Son episodios unitarios como los que escribió y dirigió sobre el asesinato de Passolini, la guerra de las Malvinas, Pancho Villa o Hemingway. Entusiasmado con esta nueva forma de narrar, armó su propia productora, “Indigentes sono film”, que desde el nombre expresa su filosofía: “hacer lo que se puede con lo que se tiene.”

- ¿La novela partió de una investigación histórica rigurosa?

- Yo me dediqué a recolectar historias de la gente. Mis fuentes fueron sobre todo diarios viejos y los años de vivir en San Luis, con la montaña al alcance de la mano, donde tenés una relación con el folclore local de primera fuente. Los cuernos y el terror son dos grandes productores de relatos.

- Otra línea que atraviesa la literatura argentina del siglo XIX es la tensión entre el intelectual y el guerrero. ¿Hay una fascinación con esta figura épica?

- No estoy muy seguro; las cosas que yo escribo tienen más que ver con que los argentinos somos violentos, pero no escribo desde una postura definida, simplemente tomo primera y arranco, nunca sé adónde va a ir a parar lo que escribo y en todas mis novelas he arrancado por los motivos más inesperados” dice, mientras recuerda sus años de guionista en las revistas Intervalo, D’Artagnan, El Tony y Fantasía de editorial Columba, cuando escribía con el seudónimo de Eduardo Cilento.

- ¿De dónde salieron los nombres de los parajes como Tetas de la Muerta, Gastado, Pampa del Infierno?

- Para mí la nomenclatura forma parte de la poética, está en sintonía con el tono del relato. Creo que la mayoría no debe existir pero puede que algunos existan.

(c) LA GACETA

PERFIL

Eduardo Belgrano Rawson (1943) ha publicado No se turbe vuestro corazón (1975), El náufrago de las estrellas (1979, Premio del Club de los XIII), Fuegia (1991, Premio de la Crítica), Noticias secretas de América (1998), Rosa de Miami (Seix Barral, 2005), El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos (2006), El sermón de La Victoria (Planeta, 2012) y Vamos fusilando mientras llega la orden (Planeta, 2014).