Los espacios públicos, sobre todo los verdes, albergan no sólo los pulmones sino que también son los corazones de las ciudades. En ese marco, el comienzo de las obras de renovación de la plaza Independencia generó revuelo y expectativas entre los vecinos durante esta semana. La obra, anunciada y cuyos detalles se conocieron a principios de este año, forma parte de la revalorización integral del casco histórico de la ciudad y comprende un corredor que integran el paseo de la Independencia; las semipeatonales y las peatonales. La idea es que San Miguel de Tucumán sea un lugar más amable con los peatones y para con el patrimonio histórico, porque está abrazada por edificios emblemáticos.
El emprendimiento oficial se suma a las tareas de recuperación y remodelación que se llevaron adelante en los últimos 10 años en otras de las plazas y parques más grandes de la ciudad. Los trabajos más recientes, que revivieron y refuncionalizaron un espacio enorme como “El Provincial”, son celebrados por los vecinos.
Como toda obra importante, además de los que aplauden las iniciativas también sumó detractores. Cuando se habían puesto en marcha los procedimientos administrativos de la licitación pública, dirigentes opositores al intendente, Germán Alfaro, habían criticado la iniciativa, al entender que había otras prioridades en un año de crisis económica.
Los fondos, sin embargo, no corresponden a las arcas municipales sino que provienen de un programa especial y específico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un organismo internacional que financia proyectos para promover el crecimiento sostenible de América Latina y el Caribe. La inversión, $ 198 millones, se concretará con dinero que no deberá ser devuelto, es decir, que no es reintegrable.
La plaza de enfrente de la Casa de Gobierno era una de las últimas del centro que faltaba remodelar. Se espera que durante al menos un año esté cerrada y en obras, dado que el plazo para la conclusión de los trabajos es de 12 meses. El proyecto tiene como base la forma original del principal paseo público y tratará de redefinir los espacios que ya existen. El piso será unificado; se colocará iluminación especial con luces LED y un sistema de riego. Los naranjos y los lapachos rosados serán las vedettes de la parquización. La fuente y la famosa e inestimable estatua “La Libertad”, de Lola Mora, serán restauradas por especialistas.
Habrá varios ámbitos especiales para actos y espectáculos. Los bancos de hormigón serán reemplazados por unos de madera. En el plan también se prevé que se ensanchen las veredas cercanas y que se repavimenten las calles.
Si bien ese espacio central existe desde que la ciudad fue trasladada desde Ibatín, recién en 1857, hace 162 años, que es un paseo público. Encierra toda una historia esa manzana. Antes, era la plaza de armas y se llamaba “Plaza de La Libertad”. Se empleaba para procesiones, allí se instalaban mercados y hasta se cometían ejecuciones. Testigo privilegiado de históricas celebraciones, de protestas y de hechos culturales e institucionales, la plaza Independencia transcurrirá -según prometen- la nueva década como un escenario remozado y amigable para las expresiones de la ciudadanía.