Pasan los años y las promesas quedan sólo en eso. Mientras tanto, los vecinos que tienen a la ruta 315 como arteria principal para llegar y salir de sus domicilios viven en alerta ante el peligro en el que se ha convertido la casi exclusiva manera de circular desde Tafí Viejo a Yerba Buena y viceversa.
Son poco más de 10 kilómetros prácticamente olvidados. A pesar de que la ruta, también conocida como Camino del Perú. comienza y termina en la zona de El Cristo, al menos hasta la rotonda de las avenidas Perón/Belgrano se tiene la posibilidad de circular por dos carriles diferentes, separados por el Canal Sur. La pesadilla comienza justamente en la susodicha rotonda que además de ser enorme para la zona, no tiene giros libres y para peor cuenta con un complejo semaforizado que obliga a veces a esperar hasta cinco cambios de luces en horas pico.De allí hacia el norte (y viceversa) conviene circular con máxima atención ya que cualquier cosa puede suceder.
La ruta es demasiado angosta para soportar que los cientos de autos que la transitan lo hagan con mínimas condiciones de seguridad. Pero a esto se suma el pésimo estado en el pavimento que constantemente obliga a los conductores a hacer peligrosas maniobras para evitar los pozos, muchas veces llenos de agua, que podrían derivar en accidentes frontales en el afán justamente de no romper el vehículo. Tampoco la banquina está en condiciones y la señalización vial es inexistente. Lo único que puede destacarse es que hace pocos meses desde la Curva de los Vega y hasta el Santuario de la Virgen de Schoenstatt se renovó la iluminación colocando modernas lámparas LED que mejoraron muchísimo la visibilidad. Hace pocos días, en una nota publicada en nuestro diario, el delegado comunal de Cebil Redondo no dejaba dudas con respecto al crecimiento demográfico de la zona y sus consecuencias: “me preocupan los countries. Son una gran demanda. Todas mis preocupaciones, derivan de esa. Primero, me pregunto qué vamos a hacer con el agua. ¿De dónde vamos a sacar para todos? Después, pienso en los desagües pluviales. Necesitamos que el agua baje controlada del pie del cerro. Y tercero, la ruta 315, que es la continuidad del Camino del Perú, está saturada. No da para más”. Y es que justamente como reconoce el funcionario, Villa Carmela, o más bien todo el ámbito geográfico entre Yerba Buena y Tafí Viejo, es una de las pocas zonas del gran San Miguel de Tucumán que aún puede crecer, y al que apuntan los inversores inmobiliarios. Pero mientras se multiplican los barrios cerrados y countries, los accesos siguen siendo igual que hace décadas, por lo que han quedado obsoletos.
Hubo muchos planes pero según reconocen los responsables de cada municipio y de la misma comuna, son inviables actualmente por la situación económica que atraviesa el país. Se proyectó ensanchar la ruta de los siete metros que tiene actualmente a los 14, para tener dos carriles en ambos sentidos, pero aunque hubo conversaciones para en envío de fondos, esto nunca se concretó. La apertura de la calle Fanzolato, desde la avenida Perón hacia el norte (hoy llega hasta el barrio El Bernel) no daría demasiado resultado tampoco ya que desemboca en la Curva de los Vega y aún quedaría más de media ruta sin solución. Urge, entonces, estudiar alternativas para evitar que la 315 se convierta en una ruta inviable y trágica.