Brasil se encaminaba a superar los 10.000 muertos por coronavirus y a consolidarse como epicentro del brote en América Latina, mientras que el presidente, Jair Bolsonaro, sigue desoyendo recomendaciones de las autoridades sanitarias de evitar aglomeraciones e incluso ha dicho que este fin de semana hará una reunión para decenas de invitados.
A horas de alcanzar el discutible hito de traspasar las 10.000 muertes, una corte de tercera instancia, el Superior Tribunal de Justicia de (STJ), suspendió una decisión judicial que obligaba al Presidente a divulgar el resultado de las pruebas de coronavirus a las que fue sometido en marzo.
El presidente del STJ, João Otávio de Noronha, dejó sin efecto un fallo judicial, confirmado en segunda instancia, que determinaba la divulgación pública de los resultados de los test de Bolsonaro, después de que el periódico O Estado de Sao Paulo solicitara los exámenes del jefe de Estado por tratarse de un asunto de “interés público”.
Noronha acató, sin embargo, un recurso de la Abogacía General del Estado que pedía que se respetara la privacidad e intimidad de Bolsonaro, alegando que los datos e informaciones solicitadas no dicen respecto al ejercicio de la función como presidente.
El caso llegó a la tercera instancia jurídica después de que un tribunal de segunda instancia ratificara una decisión anterior, que había dictaminado que Bolsonaro debería entregar los resultados de sus test para detectar el coronavirus en un plazo de 48 horas.
En la ocasión, sin embargo, el mandatario le entregó a la Justicia, a través de los abogados del Estado, un informe de la Presidencia en el que se asegura que Bolsonaro fue sometido a exámenes los pasados 12 y 17 de marzo y que los resultados fueron negativos. En ese sentido, el presidente del STJ consideró que el informe médico remitido es suficiente para atender a la “supuesta necesidad de tranquilizar la población” sobre el estado de salud del mandatario.
Bolsonaro llegó a ser considerado un caso sospechoso de vovid-19, la enfermedad que causa el nuevo virus, tras regresar de una visita oficial a Miami, donde se reunió con el presidente estadounidense, Donald Trump, y en la que la mitad de su comitiva, formada por unas 40 personas, contrajo la enfermedad.
Cuestionado sobre las muertes a causa del coronavirus en el país, el líder ultraderechista se negó a contestar a los periodistas.
Brasil volvió a registrar una cifra récord de 751 decesos diarios por coronavirus, con lo que el total asciende a 9.897 muertos, mientras que los contagiados superan los 145.000.
Río de Janeiro, el segundo estado brasileño más azotado por la pandemia del coronavirus, inauguró un hospital de campaña construido en el mítico estadio del Maracaná, que será destinado a la atención de pacientes con covid-19 en estado de gravedad.
El hospital, que operará en el área externa del estadio, fue construido en 38 días y ha entregado hoy 170 del total de 400 camas que tendrá. De las camas ya disponibles, 50 son de terapia intensiva y 120 de enfermería.
El hospital “es de alta complejidad”, que, “comparado con lo que se hizo en China, en 30 días, tiene una complejidad aún mayor”, señaló el gobernador Wilson Witzel.
El secretario de Salud del estado, Edmar Santos, agregó que el complejo instalado en el Maracaná contará también con dos equipamientos de tomografía y diversos aparatos de ecografía, rayo X portátil y de hemodiálisis.
Asimismo, el hospital dispondrá de ordenadores para que los pacientes internados puedan conversar con sus parientes y amigos vía teleconferencia.
Río de Janeiro, el segundo estado más golpeado por el coronavirus y que contabiliza hasta el momento 1.503 muertos y 15.741 infectados, lo que llevó a la Gobernación a prorrogar la cuarentena en toda la región hasta el 31 de mayo.
El estado de San Pablo, el más poblado y el corazón industrial y financiero de Brasil, es el foco nacional de la pandemia, con 39.928 infectados y 3.206 fallecidos, y ayer también extendió su cuarentena hasta el 31 de mayo. (Télam)