Con el advenimiento de los viejos campeonatos Nacionales a fines de la década del 60 apareció un federalismo que hasta ese momento no se había visto. Por aquellos años, todo estaba centrado en Buenos Aires y en Rosario.
A partir de ese momento varios jugadores de Atlético pasaron como refuerzos a San Martín durante una temporada. El primero fue el arquero Roberto Ponce, que nutrió al “Santo” en el Nacional de la temporada de 1969. Luego, en la temporada de 1982 los “Decanos” cedieron al golero Gabriel Puentedura, al lateral riojano David Milicay y al volante Víctor Hugo Palomba. Al finalizar el certamen, que tuvo a San Martín como uno de los máximos protagonistas, los tres regresaron a 25 de Mayo y Chile.
Puentedura, que había exhibido un notable rendimiento, terminó siendo transferido a River a los pocos días.
En el Nacional de la temporada 1982/83, Julio Antonio Barreto, uno de los mayores ídolos de la hinchada “decana”, en contra su voluntad, fue a jugar a la entidad de Bolívar y Pellegrini. ¿Cómo ocurrió eso? El propio “Cirujano”, como se lo apodaba por estar cursando la carrera de Medicina, recuerda: “Atlético había perdido la chance de acceder al Nacional. Entonces, Natalio Mirkin habló con el doctor Julio César Ramos para pedirle mi pase a préstamo a cambio de saldar una deuda que Atlético tenía con ellos debido a un fallo de la Justicia”, explicó Barreto.
Incómodo
En un primer momento, el delantero no estaba de acuerdo con pasar al clásico rival. “Atlético debía pagarle una indemnización a San Martín y yo iba a ir como parte de pago. Estaba muy identificado con Atlético y no sentía vestir esa camiseta. Pero al final fue tanta la presión que tuve para que se concretara el préstamo que terminé aceptando. Nunca me sentí cómodo en San Martín, será por eso que nunca rendí al nivel de juego que en ese club esperaban. No metí ningún gol; ni siquiera en las prácticas. Eso marca la sensación que viví durante esa experiencia que tuve en mi vida deportiva”, sentenció el otrora goleador “Decano”, hoy médico que cumple la tarea de asistir en los hospitales de Bella Vista y Burruyacu.
La otra cara
La crónica habla de jugadores de Atlético que reforzaron a San Martín; pero no hay nada a la inversa. Y lo concreto es que ningún “santo” que pasó a defender de manera directa la camiseta del rival de toda la vida.
Uno que fue tentado para jugar en el “Decano” fue Jacinto Eusebio Roldán, uno de los futbolistas más emblemáticos de la historia que tiene el club de La Ciudadela. Transcurría 1980 y el propio “Roly” cuenta cuando desde 25 de Mayo y Chile lo pidieron.
“Recuerdo que luego de una práctica que por aquellos tiempos se realizaban en el estadio, Mirkin me llamó a su oficina. Allí me comentó que Atlético me quería como refuerzo. Pero yo fui tajante. Estaba la chance de ir a Racing de Córdoba y no lo dudé. Le dije que prefería irme a jugar a Córdoba”, sostuvo Roldán, que no quería traicionar su corazón y que, además, prefería jugar con amigos. “Tenía muy buena relación con la ‘Araña” Amuchástegui y con Osvaldo Coloccini, entre otros, que estaban jugando en Racing y me hubiera gustado compartir juego con ellos en esos momentos. Por eso todo quedó en una anécdota”.
Roldán no pasó a Atlético, pero tampoco pudo llegar a Nueva Italia, debido a que los cordobeses no habían podido clasificarse al Nacional. Así, entre tantas idas y vueltas, el “Maestro” se fue a préstamo con otro rumbo, a Central Norte de Salta.