En otros tiempos, un partido de la Selección nacional en Santiago del Estero, con Lionel Messi en su plantel y un montón de figuras rodeándolo, hubiese generado una fiebre de jueves por la noche. Un ir y venir de gentes. Un pandemonio en las horas previas en la ciudad más antigua del país.
La capital de la vecina provincia se hubiera convertido en centro de una escena trepidante, con fanáticos trasladándose por sus rutas y caminando por sus calles. Con medios de prensa en cantidad transmitiendo a toda hora y desde todo lugar. Con hoteles abarrotados. Con los sectores gastronómico y de transporte (entre muchos rubros) viviendo una primavera en otoño. Con fiestas, alegría, sociales por doquier, cánticos y un revoleo de camisetas imaginable. Colores y sonidos tan entrañables, del propio riñón del fútbol.
Con el partido comenzando a las 21, uno se imagina que, en otros tiempos, se habría montado desde la mañana un espectáculo majestuoso en las adyacencias del estadio Único “Madre de Ciudades”.
En otro tiempos, apenas el árbitro venezolano Jesús Valenzuela diera la orden de inicio de las acciones entre argentinos y chilenos, hubiese sido conmovedor el grito al unísono de los 30.000 espectadores presentes, testigos directos de un hecho histórico: primera vez en el norte para un partido de Eliminatorias mundialistas; primera presencia de “Lio” en esta zona de la Argentina profunda; primer enfrentamiento internacional en un lugar que se construyó en poco menos de dos años, a un costo de $1.500 millones (según el boletín oficial de la vecina provincia) y que fue inaugurado el 4 de marzo, con el partido por la Supercopa Argentina entre River y Racing.
En otros tiempos, un evento de estas características hubiese lanzado chispas al aire. Un fluir de adrenalina en los fanáticos por ser parte de algo especial. Sin irnos de Santiago del Estero, pasó cuando el 11 de mayo de 2008 se inauguró en Las Termas el autódromo con el Turismo Carretera, con la presencia de 63.000 espectadores. Y también cuando MotoGP hizo su primera carrera allí, con unas 62.000 personas en la final del domingo viendo correr a ídolos como Valentino Rossi y Marc Márquez.
Pero en estos tiempos de pandemia que todo lo abarca y lo limita, la presencia de la Selección en tierras santiagueñas quedará circunscripta a un majestuoso estadio sin público; a una limitada presencia de prensa e invitados; a un partido viviéndose a pleno desde alguna pantalla; a un folclore futbolero ausente.
Lo que no cambiará será la ansiedad por ver rodar la pelota. Por ilusionarse con que Messi se luzca. Por esperar una victoria que ratifique el buen andar en las Eliminatorias. Por ver al “Madre de Ciudades” con camisetas celestes y blancas. También será igual que, a las sombras de la noche, el río Dulce -cercano a la mole- reflejará en sus mansas aguas las luces de la pasión. Que el puente Carretero dejará entrever fulgores de su pintura naranja (“si pasas por mi provincia con su familia, viajero…”). Que la ciudad de La Banda lucirá cercana y latente. Que la ciudad que fundó Francisco de Aguirre seguirá su vida, aunque a sabiendas de que, por algunas horas, el duende habilidoso del balón nacido en Rosario y proyectado al mundo como el mejor, pisará su tierra. Quién pudiera darse un gusto así. Y quién pudiera volver el tiempo atrás, a aquellos días en los que ver un partido era una celebración, y no un puñado de normativas y restricciones pandémicas que, así como a las personas y a sus actos, trastocaron sin opción el alma de la “redonda”.
Fue demasiada la espera
Debido a la pandemia por el coronavirus, el seleccionado argentino lleva más de seis meses si jugar. Para ser más exacto, pasaron 198 días de la última presentación del equipo de Lionel Scaloni. La Selección intetará hoy, cuando reciba a Chile, continuar por el buen camino en las Eliminatorias Sudamericanas con miras al Mundial de Qatar.
La última vez que los “Albicelestes” tuvieron acción fue el 17 de noviembre, cuando vencieron en Lima a Perú por 2 a 0 con goles de Nicolás González y de Lautaro Martínez. Ese fue el tercer triunfo en el certamen (antes le habían ganado a Ecuador y a Bolivia). Además, Argentina suma un empate (frente Paraguay) y se ubica segundo, detrás de Brasil.
Chile, en tanto, no tuvo un buen comienzo en el torneo. Apenas logró un triunfo (ante Perú), un empate (de local ante Colombia) y dos derrotas (frente a Uruguay y Venezuela).
Desde las 21
ARGENTINA: Emiliano Martínez; Juan Foyth, Cristian Romero, Lucas Martínez Quarta, Nicolás Tagliafico; Leandro Paredes, Lucas Ocampos, Rodrigo De Paul; Lionel Messi, Ángel Di María y Lautaro Martínez. DT: Lionel Scaloni.
CHILE: Claudio Bravo; Mauricio Isla, Gary Medel, Guillermo Maripán, Eugenio Mena; Erick Pulgar, Tomás Alarcón, Charles Aránguiz; Luis Jiménez; Alexis Sánchez y Eduardo Vargas. DT: Martín Lasarte.
Árbitro: Jesús Valenzuela (Venezuela). Estadio: “Madre de Ciudades” de Santiago del Estero. Por TV: TyC Sports, TV Pública y DirecTV GO.
Notas seleccionadas
El plantel argentino arribó ayer a la noche al aeropuerto de Las Termas, bajo un cerrado operativo de seguridad. Messi fue el último en bajar del avión. El vuelo tardó en partir desde Buenos Aires y tocó tierra cerca de las 21. Inmediatamente, la delegación fue trasladada -escoltada por 20 motos y tres camionetas- en el ómnibus de la AFA al hotel Uno, ubicado en el predio donde está emplazado el autódromo. La policía dispuso de tres controles, para evitar la presencia de fanáticos. Hoy, los jugadores harán sólo tareas recreativas y, luego del almuerzo, se trasladarán directamente al estadio.
Los chilenos ya están instalados desde el martes a la noche en un hotel de La Banda. Arribaron en un vuelo charter luego de más de 11 horas de viaje (debido a las escalas) al aeropuerto Mal Paso, de la capital provincial. En su momento, la Federación del país trasandino solicitó no jugar en Santiago del Estero, apoyado en el artículo 21 de la Copa del Mundo: “el estadio no podrá estar situado a más de 150 kilómetros de aeropuerto internacional mas cercano, y dicho trayecto por carretera no deberá exceder las dos horas de duración. El pedido no prosperó: el aeropuerto de Las Termas reviste carácter internacional.
Sergio Agüero dio positivo en el testeo de antígenos, pero negativo en el PCR; para evitar problemas, no viajó a Santiago del Estero. El arquero Franco Armani y el defensor Gonzalo Montiel tampoco lo hicieron, porque mantienen activos sus casos de covid-19. Otros ausentes en la delegación, por distintos motivos, son Lucas Alario, Joaquín Correa, Nicolás Otamendi y Nicolás González.
En la previa al partido, en las afueras de estadio quedará inaugurada una estatua en homenaje a Diego Maradona. Estará ubicado en las cercanías del acceso oeste. Ayer, un grupo de fanáticos se acercó al lugar, con bombos, banderas y carteles y recordó al “Diez” con emoción.