La vuelta a las clases presenciales no debería generar un aumento desmedido de casos, según dicen algunos infectólogos. Por supuesto, mantienen esa opinión bajo el supuesto en el que se cumplen los protocolos establecidos para evitar el incremento de los casos de coronavirus. Sin embargo, no se entusiasman demasiado y afirman que se debe prestar atención a que se cumplan las disposiciones sanitarias y a la evolución del virus en la provincia a la hora de pensar en sostener la presencialidad en el tiempo.

“Veo esta vuelta a las clases con bastante cautela, observando. Hay que observar cómo va el comportamiento del virus en la comunidad y cómo se comporta el contagio dentro de las escuelas, porque cada escuela es un cuento y cada una cumplirá los protocolos dentro de sus posibilidades. La gente está bien informada como para respetar los protocolos dentro de las escuelas así que no debería haber problema con esto”, dice la infectóloga Aída Torres a LA GACETA.

La preocupación de Torres nace con algo que ve muy seguido: gente que no se cuida del virus y pone en riesgo no sólo su propia vida, sino la de los demás.

“Veo que sigue la juntada, no hay mucha consciencia de la situación, veo los bares bastante cerrados y es preocupante que la gente pierda el control de los cuidados”, señala. Y afirma: “aún vacunados hay que conservar estrictos protocolos y no veo que se estén cumpliendo”.

Juan Manuel Núñez, infectólogo y padre de tres hijos, se muestra a favor de la vuelta a las clases. “Teniendo en cuenta el cansancio de la población y las ganas de los chicos de volver a clases, y poniendo en la balanza el riesgo y beneficio de esto, la verdad que el retorno a clases, en este contexto en que la mayoría del personal de educación está vacunado con al menos una dosis, me parece prudente y hasta necesario retomar las clases de manera cuidada y cumpliendo los protocolos establecidos”, sostiene.

DISTANCIA. Maestra da clases a niñas que miran distanciados entre sí.

Las posibilidades de implementar estos protocolos existe, pero varía de acuerdo a la situación en que se encuentra cada institución educativa de la provincia y Núñez hizo hincapié en tal diferencia: “que caigan todas las escuelas en la misma bolsa me parece injusto”.

“Con el personal de educación bien instruido al respecto y con los controles pertinentes que son necesarios en estos escenarios, los protocolos sí pueden llevarse a cabo. Pero probablemente habrá situaciones edilicias de algunas escuelas que no puedan cumplir con todas las disposiciones y deberán tener clases virtuales o un sistema mixto, pero hay otras en las que sí sería posible cumplir los protocolos”, dice.

Control

Para continuar con la presencialidad, entonces, es clave cumplir con las recomendaciones sanitarias del Ministerio de Salud. Para determinar si es conveniente seguir con la presencialidad a medida que pasa el tiempo es igualmente fundamental hacer un seguimiento de la curva de contagios y evaluar si las clases impactan o no en un ascenso de los casos.

“Esto se debe hacer con una dinámica muy marcada. Si el retorno a las clases se ve correlacionado en dos o tres semanas con un aumento de casos, vinculados con esta movilización, habrá que reevaluar esos números y tomar medidas pertinentes”, indica Núñez sobre la importancia de controlar el desarrollo de la situación epidemiológica de la provincia.

Vacunación

La vacunación de gran parte del personal educativo es una de las razones que permitió esta vuelta a la presencialidad. En este sentido, Torres ve como algo alentador el ritmo de vacunación que se ve en Tucumán, aunque solicita que se completen los esquemas.

“El ritmo es bueno, pero falta la segunda dosis en personas mayores que fueron vacunadas con primera dosis de Sputnik, a mi criterio ya deberían recibir la segunda dosis de otra vacuna. Ya esta prácticamente probado que no hay reacciones adversas excesivas y se tiene una buena respuesta inmunológica combinando vacunas. También estoy a favor de que se apruebe el protocolo para vacunar con Moderna en menores de 18, eso tranquiliza bastante”, dice la especialista.

Por su parte, Núñez se mostró ilusionado con la cantidad de vacunas que llegan a la provincia y la velocidad con que se están aplicando.

Respecto a la posibilidad de alcanzar la famosa “inmunidad de rebaño”, el infectólogo es cauto y elige no hablar de ese término. “Es un concepto que está actualmente en revisión, ya que la experiencia de otros países nos demuestran que no es así. Por ejemplo en Israel o Estados Unidos, aún teniendo porcentajes de la población vacunada muy altos aún tienen brotes. Entonces por más que se llegue a una población esperada nos parece equivocado hablar de ese concepto porque va cambiando”.

Si bien no nombró la “inmunidad de rebaño”, por su parte Torres dice que tener a un 70% de la población vacunada con ambas dosis la tranquilizaría.